Las sectas dominicales

Luego, como siempre, se declarará la tregua. A nadie le importa el ir y venir de los encumbrados temporales.

Es el pin pon de toda la semana. Sus promotores endiosan a las figuras ecuménicas. Les confieren milagros ilegibles. Al rey de las marchas le organizaron una manifestación nacional.

Blanquearon las calles, los parques públicos y zonas comerciales. Nos recordaron las organizaciones contra la implementación del libro de texto gratuito. Incluso las revueltas facciosas católicas del Cristo Rey.

En el cuatro aniversario de la cuarta transformación, los fieles difuntos mentales, los incondicionales al régimen, apersonados en el corazón de la nación.

32 estados enviaron camiones. Les pagaron el transporte. Los más generosos, hasta día de hotel y la subvención de alimento.

Lo cubrió las bancadas de MORENA y el PT. Las locales y las federales. Algunos donantes, de quienes se benefician de los programas federales.

No es ilegal. Solo es inmoral.

Las participaciones del círculo rojo de Andrés Manuel, de Claudia, Adán y Marcelo, menos de los rebeldes hermanos Monreal, quienes ya quedaron ciegos en el fundo de Zacatecas y el Senado.

Ambas marchas, la del 13 y del 27 de noviembre, serán el alimento de los periodistas para los últimos días del mes y el principio de diciembre.

Luego, como siempre, se declarará la tregua. A nadie le importa el ir y venir de los encumbrados temporales.

Solo como gastar, gastar y gastar los aguinaldos. Beber como peces en los ríos. Curar la cruda para seguir la maraña de costumbres mexicanas de fin de año.

Gerson Gómez

Morelense de cepa Regiomontana. LCC con especialidad periodismo (UANL). Doctor en Artes y Humanidades (I.C.A.H.M.). Tránsfuga de la mesa de redacción en diferentes periódicos como El Diario de Monterrey, Tribuna de Monterrey, y del grupo Reforma en el matutino Metro y vespertino El Sol. Escort de rockeros, cumbiamberos, vallenatos y aprendices al mundo de la farándula. Asiste o asistía regularmente a conciertos, salas de baile, lupanares, premieres, partidos de fútbol y hasta al culto dominical. Le teme al cosmos, al SAT, a la vejez y a la escasez de bebidas etílicas. Practica con regularidad el ghosting. Autor de varios libros de crónica como Hemisferio de las Estaciones, Crónicas Perdidas, Montehell, Turista del Apocalipsis, Monterrey Pop y Prêt-à-porter: crónicas a la medida.