Militarización a golpe de garrote

Garantizar la aprobación de la reforma militar en los congresos locales para consolidar –a costa de lo que sea– la militarización de la seguridad pública en el país.

López Obrador está cada vez más enfermo. Vemos en las “Mañaneras” a un presidente cansado, de malas y con vacíos mentales que aterran.

Es un presidente que ya no puede siquiera recordar palabras. Las “Mañaneras” se han convertido en un espectáculo trágico donde con la “tortilla… la gasolina… el dólar” exhibe su demencia senil, donde con los lapsus linguis exhiben sus traiciones y verdaderas complicidades: “Tengo muy buena relación con el presidente Trump… ¡no! Con Biden”.

La acelerada descomposición de su estado mental y físico lo ha obligado a recurrir al Secretario de Gobernación y al Secretario de la Defensa para que lo ayuden a enfrentar a sus críticos.

Por eso los vemos ahora con garrote en mano actuando como vulgares agitadores y represores de la oposición.

La misión que tiene Adán Augusto López y el General Luis Cresencio Sandoval es clara:

Garantizar la aprobación de la reforma militar en los congresos locales para consolidar –a costa de lo que sea– la militarización de la seguridad pública en el país.

De ahí, que el Secretario de Gobernación saque el garrote y se dedique a denostar a los gobernadores de la oposición. Que los acuse del “baño de sangre” en Jalisco y Guanajuato, cuando la política de “abrazos, no balazos” es la verdadera responsable.

Lástima que Adán Augusto haya abandonado la política para saltar al pantano de la represión y no tenga el valor de decirle a su jefe el presidente que cancele el salvoconducto que le ha dado a los delincuentes para que gocen de absoluta impunidad.

La respuesta del gobernador Enrique Alfaro al Secretario de Gobernación habla por sí sola:

El paraíso de la delincuencia está en los estados gobernados por Morena.

Y la razón es sencilla: son entidades donde los narcos son los verdaderos gobernadores. Ayudaron al partido del presidente a ganar la elección.

El otro garrote lo trae el General Luis Cresencio Sandoval.

Canceló el encuentro solicitado por diputados de la oposición para hablar del hackeo porque cometieron la “majadería” de pedirle que fuera a puerta abierta y en la Cámara de Diputados para respetar la división de poderes.

La militarización está en marcha y difícilmente tendrá reversa en este sexenio.

Los duros discursos del senador Germán Martínez Cázares y de la senadora Lilly Téllez en contra del Secretario de la Defensa trajeron a la memoria una de las etapas más oscuras en la historia del país.

Recordaron el discurso de Belisario Domínguez cuando llamó carnicero al entonces Presidente de México, al General Victoriano Huerta. Tal vez desde entonces no se le había hecho una crítica tan dura a un militar de alto rango, lo que evidencia el peligroso contexto en el que se encuentra México.

Después de lo que sucedió en el Senado tendría que haber consecuencias. Seguramente no en el gobierno donde el presidente se burla de todo, pero si adentro de las Fuerzas Armadas cuyo prestigio y unidad se encuentran en riesgo.

Lo cierto es que entre más débil y enfermo se siente López Obrador, más se endurece y más busca apoyarse en el Ejército.

Hace sentir que puede morir pronto y que necesita tener lista una sucesión presidencial adelantada con un Secretario de Gobernación que pueda sustituirlo y un Secretario de la Defensa listo para acallar una crisis social.

La pregunta qué sigue es:

¿En qué momento un presidente que ya no piensa bien, desesperado porque presiente su final, ordena pasar del discurso polarizante al uso de las armas?.
Beatriz Pagés Rebollar

Directora general de la Revista “Siempre”, una de las más influyentes de México, fundada en 1953 por su padre, Don José Pagés Llergo. Ha formado parte de los equipos de Televisa, Canal 11, Multivisión, CNI, Canal 40 y es comentarista política de numerosos medios. En 2019 renunció al PRI, donde militó gran parte de su vida.