Nobel al periodismo

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Cuando la vi en pantalla en un seminario on line organizado a fines del año pasado por el Knight Center de la Universidad de Texas, María Ressa, con su voz suave y pausada, de porte menudo y figura frágil, me costó trabajo asimilar los horrores que ella platicaba sobre su crítica periodística bajo el régimen del sátrapa filipino Rodrigo Duterte: censura, demandas judiciales, encarcelamiento y una campaña de desprestigio e insultos contra ella en las redes sociales.

Ressa maneja un portal de noticias (rappler.com, 2012), desde el cual hace un trabajo periodístico crítico de los gobernantes en turno, y junto con su equipo investiga y publica denuncias sobre corrupción, opacidad y abusos de poder.

Me conmovió mucho su testimonio en el evento del Knight Center, pues no puede uno dejar de sentir la fraternidad del oficio que transmite cualquier periodista bajo acoso al resto de sus colegas en cualquier parte del mundo.

Ressa y el periodista ruso Dimitri Muratov (periódico Novaya Gazeta, 1993) fueron galardonados el 8 de octubre con el Premio Nobel de la Paz por su labor en favor de la libertad de expresión.

El Comité Nobel que los premió expresó que “el periodismo libre, independiente y basado en hechos sirve para protegerse del abuso de poder, de la mentira y de la propaganda de guerra”, en voz de Berit Reiss-Andersen, presidenta del comité.

Agregó que “sin libertad de expresión ni libertad de prensa será difícil promover con éxito la fraternidad entre naciones, el desarme y un mejor orden mundial para triunfar en nuestro tiempo”.

En el caso de rapper.com, el Comité destacó su trabajo y crítica periodística en torno a la siniestra y letal campaña antidrogas del gobierno de Dutarte, cuya solución para bajar el consumo de drogas es simplemente asesinar a los adictos. Sobre la Novaya Gazeta (novayagazeta.ru, uno de cuyos propietarios es Mijail Gorbachov), el Comité señaló que es el periódico independiente de Rusia más importante en la actualidad con una actitud fundamentalmente crítica frente al poder”.

No dejó de señalar Reiss-Andersen que “transmitir noticias falsas e información que es propaganda y falsa es también una violación de la libertad de expresión, y toda libertad de expresión tiene sus limitaciones. Esto es también un factor muy importante en este debate”.

Desde México, saludo con entusiasmo la decisión del Comité Nobel de reconocer la labor de los periodistas mencionados, y a través de ellos a los de todo el mundo, y de resaltar con ello la necesidad vital de defender la libertad de prensa y luchar contra la propaganda y las falsedades.

Nuestro país destaca precisamente en lo contrario: somos uno de los territorios más peligrosos del mundo para los periodistas, quienes caen asesinados ante la violencia reinante, la negligencia y agresiones de los gobiernos y la impunidad de los delincuentes en los tribunales.

Señalar los rasgos autoritarios y la hostilidad de Duterte y Putin con los medios nos revela la dimensión trágica de la actitud nociva del Presidente López Obrador contra los periodistas, lo cual lo coloca a la par de esos temibles gobernantes.

Este Nobel es un bofetada a sus agresiones verbales contra los periodistas mexicanos.

Hoy, al conocerse el Nobel de la Paz otorgado a periodistas y a la libertad de expresión, es un raro día de fiesta en un oficio que ofrece muy pocos de ellos. Honor a María Ressa y a Dimitri Muratov por su lucha incansable y los riesgos que corren:

Ustedes son nuestra inspiración.

Rogelio Ríos Herrán

Egresado de la Licenciatura en Relaciones Internacionales por El Colegio de México (1981)  y desde 1994 se ligó a los medios de comunicación como comentarista y productor en Radio Nuevo León y la televisión pública y colaborador y columnista en periódicos en Nuevo León y Arizona y Georgia, en Estados Unidos. Durante más de 18 años se desempeñó como editor de opinión en el periódico El Norte (Grupo Reforma), en donde además durante 15 años fue un editorialista regular con análisis sobre coyuntura de política internacional, Estados Unidos y asuntos mexicanos. Desde 2019 y hasta 2021 colaboró en Grupo Visión de Atlanta, Georgia, y condujo el programa radial Un Café Con Atlanta.