Respetar al electorado

1.

Disfruto de las propuestas -literarias, cinematográficas, periodísticas- que me demuestran respeto.

De inmediato se percibe el interés del autor para establecer un diálogo entre iguales con quien está de este lado, apreciando su producto.

Él nos ofrece su creación, en el entendido de que la podremos comprender. Pero también criticar, y la aceptación por su parte de ese nuestro derecho nos hace sentir aún más valorados.

Si, por el contrario, se nos trata como infantes, ignorantes o incapaces de entender, nos alejamos de la obra.

2.

Lo mismo pasa con la política, y un apresurado balance de lo sucedido en las recientes elecciones nos habla de actores, no sólo candidatos, muy poco respetuosos del electorado, sobre todo cuando éste les da la espalda.

De inmediato se acusa a estos electores contrarios de manipulados -lo menos- y de imbéciles -lo más-.

Y el fenómeno se da entre las filas de MORENA y aliados, por una parte, y en el bastión opositor, por otra.

Ambas fuerzas manifiestan muy poco respeto a los votantes que les quitaron el sufragio.

3.

Desde antes de las elecciones del 2018, los enemigos de AMLO acusaron a sus votantes casi de estúpidos.

Mensajes de muy mal gusto decían que para favorecer al hoy Presidente se necesitaba no haber terminado la primaria.

¿No hubo, entonces, ni existen al día de hoy, personas academizadas, con sensibilidad social, estudiosas de la historia reciente y del daño causado por las administraciones panistas y priistas, y que impulsaron el triunfo del actual presidente?

Quizá hoy estén decepcionados, pero no son analfabetas.

4.

Lo mismo sucede desde la otra trinchera. Molesto por su derrota en CdMx, el presidente arremetió contra las clases medias que le retiraron su afecto.

Manipulables, se dejaron aturdir por los medios de información, y además resultaron “aspiracionistas, egoístas y hasta van a misa el domingo”.

Muchos de los capitalinos que hoy votaron en su contra viven en los barrios endonde está la gente mejor informada, más politizada y con el nivel educativo más alto del país y -todavía peor- habían votado por él en las elecciones del 2018.

5.

¿Y qué decir de nuestro Estado? Al candidato ganador se le tildó de exhibicionista, prepotente, fantoche, pirruris, machista, y a quienes votaron por él de regios aspiracionistas, que desean imitarlo, pues lo ven como un modelo a seguir.

No se acepta el voto de castigo para los partidos tradicionales, ni el beneficio de la duda para quien puede encarnar una propuesta diferente.

Pareciera que al elector regio sólo le preocupan las cheves y las carnes asadas, y se le niega su derecho a mantener una postura crítica ante el vencedor.

6.

Queda claro, entonces, que una nueva división surge en el país: la de los tontos que ejercen su derecho al voto sin la mínima reflexión, y la de los verdaderos ciudadanos que no son manipulables y se distinguen por su altruismo.

De verdad que ya da miedo confesar por quién votamos, pues si no coincidimos con el interlocutor seremos acusados de insensatos, desinformados, tontos útiles.

En fin. Cada vez estoy más convencido de que, en el futuro, votaremos por quien nos demuestre más respeto.

7. Cierre ciclónico.

Estuve en Nicaragua en 1978, atestiguando la victoria de los jóvenes sandinistas sobre la dictadura de los Somoza.

El triunfo desató esperanzas no sólo en Centro América sino en el mundo entero, pues hasta Jimmy Carter, presidente Norte Americano, lo apoyó.

Es lamentable cómo el poder ha logrado una vez más lo que casi siempre consigue: corromper a quien lo detenta.

Hoy, el supuesto hijo de Sandino -como se autodefinió Daniel Ortega- se ha convertido en un heredero más de los Somoza, encarcelando a críticos y opositores.
Padre Paco

El sacerdote José Francisco Gómez Hinojosa (Monterrey, México, 1952) es el actual Vicario General de la Arquidiócesis de Monterrey. Es diplomado en Teología y Ciencias Sociales por el Departamento Ecuménico de Investigaciones de San José, Costa Rica, y doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Ha sido profesor en el Seminario de Monterrey, en la UDEM, el ITESM, la Universidad Pontificia de México, el Teologado Franciscano, el EGAP (Monterrey) y la Universidad Iberoamericana (Centro de Extensión Monterrey).