Siete Puntos

Respetar la historia

No podemos negarla ni cambiarla.
1.

Las maestrías en Desarrollo Humano incluyen en su curriculum académico una materia que lleva por título Recuperación de la historia personal.

Con ella se pretende recobrar aquellos eventos, paradigmáticos, que marcaron de tal manera nuestra vida hasta convertirnos en lo que actualmente somos.

Si esos acontecimientos son negativos -tragedias personales, pérdidas de familiares, etc.-, hay que trabajarlos para impedir que nos hagan daño. Pero si son positivos necesitamos regresar sobre ellos para fortalecernos aún más.

2.

En cualquier caso, sin embargo, hay que respetar a la historia. No podemos negarla ni cambiarla, y en la medida en que consideremos el pasado de esa misma manera podremos construir el futuro. Lo que pasó ya no podemos modificarlo, pero sí necesitamos reconocerlo, no negarlo.

Nuestra visión de lo sucedido debe ser integral, atendiendo no sólo a lo grato, sino también a lo desagradable.

Nos hemos formado sí, con satisfacciones, pero también con frustraciones. No siempre este acercamiento histórico es compartido.

3.

En efecto. Creo que la llamada 4T prefiere una aproximación parcial a la historia que una total y, obvio, valora sólo aquellos elementos que convienen a su proyecto.

Nada más Benito Juárez, Francisco I. Madero, si acaso Lázaro Cárdenas y, claro, el actual, han sido presidentes democráticos.

Más aún, la democracia inició en 2018, y ninguno de los esfuerzos anteriores a esa fecha tiene valor. Si bien es cierto que padecimos 70 años el gobierno de un partido único, y la corrupción se asentó en nuestras vidas, …

4.

no se consideran significativos muchos eventos que la prepararon, y de los que hoy somos deudores.

A saber: el fraude del 86 -en el que, paradójicamente, tuvo el papel fundamental un alto funcionario actual-, las reformas electorales del 94 y del 96, la ciudadanización del IFE, el triunfo de la izquierda en la CdMx en 1997 y el del PAN en 2000 en las elecciones presidenciales, etc., pareciera que no existieron.

Conceptos como alternancia en el poder, transición democrática, pluralismo partidista, etc., son sólo…

5.

simulaciones, fantasmas que desaparecieron gracias al advenimiento de una nueva realidad.

Me parece que estamos, sí, ante una amnesia o miopía y, peor aún, frente a una gran ingratitud.

Y es que o se olvida o no se ve una realidad o, lo que es peor, no se agradece el camino trazado por esos eventos que promovieron, facilitaron, anticiparon, de una manera u otra, la actual situación.

Pensar, entonces, que ese pasado generador de la democracia no existió es erróneo y, todavía más lamentable, ingrato.

6.

¿Cuál sería el problema, en dónde la traición a la actual propuesta, si junto a la denuncia de las corruptelas y agandalles, de los fraudes y saqueos al erario por parte de un sistema -en el que, por cierto, participaron muchos de los actuales protagonistas-, se reconocen los logros de una oposición que gestó la administración hoy beneficiada con ese pasado?

¿Cómo no pretender con esta actitud que ya desde ahora se desconozcan los logros del actual equipo gobernante? Necesitamos respetar la historia, con sus éxitos y fracasos.

7. Cierre ciclónico.

Pues se reconoció al árbitro. Es cierto que se encontrarán las formas para seguir denostando al INE y al TEPJF, y que quizá, después de las elecciones, se les dé el tiro de gracia.

Sin embargo, se ha llamado desde Palacio Nacional a acatar sus disposiciones.

No se ha arengado a las huestes morenistas para levantarse en manifestaciones violentas contra las autoridades electorales. Se ha respetado el entramado legal, no obstante las frases arrebatadoras de las Mañaneras.

Algo es algo.
Padre Paco

El sacerdote José Francisco Gómez Hinojosa (Monterrey, México, 1952) es el actual Vicario General de la Arquidiócesis de Monterrey. Es diplomado en Teología y Ciencias Sociales por el Departamento Ecuménico de Investigaciones de San José, Costa Rica, y doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Ha sido profesor en el Seminario de Monterrey, en la UDEM, el ITESM, la Universidad Pontificia de México, el Teologado Franciscano, el EGAP (Monterrey) y la Universidad Iberoamericana (Centro de Extensión Monterrey).