Bros / EUA, 2022
La película Bros es una comedia ácida sobre la comunidad gay en Nueva York, cortesía del actor comediante Billy Eichner y su personaje Bobby, y su pesimismo de poder lograr encontrar una relación decente y seria.
Claro que a los cinco minutos aparece el candidato a galán Aaron (Luke MacFarlane) y el resto de la película es que Bobby se convenza que por fin a logrado el cometido de encontrar el amor de su vida.
Dentro del estilo de comedia de Bros destaca la presencia como productor de Judd Apatow, quien dominó la comedia en la pantalla grande durante la primera década del siglo 21, y ese sello característico de una comedia fuerte, prevalece en la realización.
El director Nicholas Stoller, trabajando su propio guión en colaboración con el mismo Eichner, logra precisamente una comedia fuerte, cínica y crítica sobre la misma comunidad gay y cómo se ven entre ellos.
La suma es precisamente una comedia bien lograda, a veces seria en su planteamiento, a veces abiertamente paródica.
El canal Hallmark es el centro de muchas burlas con todo y que el coestelar MacFarlane ha estelarizado 14 películas para dicho canal, seguido por Debra Messing, que le ponen una santa barrida por su personaje de Grace, de la teleserie Will & Grace.
A mediación del recorrido, la producción me recordó mucho a Jóvenes Corazones Gay (Torch Song Trilogy), la obra de teatro y luego película de 1988 con Harvey Fierstein, película parteaguas del género por mostrar el vistazo a la comunidad gay de los 70s y 80s que eran seres humanos.
La descripción de esa pieza, escrita por el mismo Fierstein, era “toma mucho valor y mucho sentido del humor poder portar los zapatos de Arnold y vivir su vida”, y precisamente Bros como película quiere replicar eso, pero para el siglo 21.
El mismo Fierstein aparece en un breve papel en la cinta, dándole crédito al que fue una figura en los 80s, y no sé si el estelar Eichner quiere verse en sí como un icono a la par que abiertamente describe, critica, alaba, se burla y defiende todo en un mismo paquete a la comunidad gay de los EUA.
Veo y apunto dos pecados en Bros:
- Su duración de casi dos horas, demasiado larga para lo que es...
- Peca mucho de tomarse demasiado en serio a Billy Eichner, aventándose unos discursos que parecen más “la escena para el Oscar” que un vistazo al interior del personaje.
Lo único muy real y verídico que dice, y es muy cierto, es que la gente y los cinéfilos no quieren ver a actores gay interpretando gays, quieren ver a actores heterosexuales de primera línea interpretar a homosexuales.
Totalmente cierto y cómo he insistido en discusiones sobre el tema: esa es la moda que está dictando Hollywood y el show business en general, igual.