Irreverente

El boiler ¿y? el arte de ducharse con agua fría

Plácido DETONA dos historias salpicadas de humor para este domingo.
Les platico: 
  • Había una vez dos que vivían en una casa como para diez.
  • “Para qué queremos una casa tan grande si solo somos tú y yo?”, le preguntaba el hombre a su esposa, un tanto más joven que él pero de la misma “rodada”.
  • Preguntas iban de uno y respuestas venían de la otra mientras la casa aquella iba tomando forma.
  • Llegó el día en que finalmente se mudaron y aparecieron los primeros visitantes.
  • Había dos grandes boilers que calentaban -uno- el agua para el ala poniente y el otro para las habitaciones del oriente.
  • Solo encendían uno porque como buenos regios, cuidaban el recurso y el gas butano estaba bien caro.
  • Cierto día, ella se fue de viaje a visitar a sus papás que vivían en otra ciudad.
  • Pero resultó que antes de su regreso, el hijo mayor había anunciado su visita. Vivía en otro país.
  • Cada media hora, ella le mandaba mensajes a su marido para que no se le fuera a olvidar encender el boiler del ala oriente, donde estaban las habitaciones para los visitas.
  • El mero día de la llegada de la cría materna, hasta le envió un videíto con instrucciones para que no batallara con la prendida del boiler.
  • Y llegó el hijo y se bañó deliciosamente con el agua que calentaba el boiler que su papastro había encendido para él.
¿Y?

Por esta pregunta de una sola letra que el marido había escrito en el FB de un amigo viejo y lejano de su esposa, los dos dejaron de dirigirse la palabra.

Ella decía que era familia, pero no es cierto, no lo eran. Si acaso, paisanos, pero familia no.

El tipo aquel hacía músculo en un gym y se tomaba chingos de fotos a sí mismo.

Se había ofendido por esa pregunta de una sola letra que apareció de pronto en su muro de FB, al lado de un video donde subía a pulso unas escaleras, suspendido en el aire.

Cuando le reclamó al marido que la familia se había enterado por su “ofensa” y que estaban bien encabronados, el autor de la pregunta de una sola letra volvió a la carga:

¿Y?
  • El mamón mamado se enfureció y lo llenó de insultos de muchísimas letras.
  • El marido esperaba que su esposa fuera solidaria y lo apoyara por tan ingeniosa, inicua e inocua forma de hacer que un despoblado mental perdiera los estribos a causa de una sola letra.
  •  Pero la cosa salió al revés:
  •  Al mismo tiempo que el de las selfies en el gym lo bloqueó de sus redes, ella hizo lo mismo con las suyas, pero no contra el mamón mamado, sino contra su marido.
  • En consecuencia, ambos dejaron de hablarse.
  • Para no perturbarla -buena onda como era él- se “mudó” temporalmente al cuarto de visitas del ala oriente.
  • Y como apenas se fue su hijastro ella apagó el segundo boiler, el marido se bañaba todos los días con agua fría.
  • No era propiamente un “handy man” como los buenos esposos.
  • Tenía otras “gracias” pero en ellas no estaba incluido andar encendiendo boilers.
  • Ella lo sabía y a pesar de que su esposo se duchaba con agua fría, nunca encendió el boiler.
Colofón:

No solo la sangre manda en casos como éste; también mandan -sobre el matrimonio- las viejas amistades, aunque sean lejanas y no sean familia. Triste y malo pero cierto es.

Segunda historia:
  • Había una vez una mujer que de todo se quejaba, pero no se corregía porque nunca aceptaba que era así.
  • Un día que acompañaba a su marido en la calesa de la casa, la yegua que tiraba del carruaje reparaba y hacía cabriolas cada vez que pasaban por un hoyo en el camino.
  • Por más que el marido tiraba de la rienda, la yegua no daba tregua en sus reparos. Así, con relinchos se quejan los equinos. Como no saben hablar…
  • A cada jalón de rienda que el dueño le daba, profería en voz alta una sola palabra: “¡Uno!…”
  • Como la yegua seguía reparando, el patrón soltó otra: “¡Dos!…”
  • Y en vista de que las quejumbres, reparos, relinchos y cabriolas seguían, al momento de decir “¡tres!...”, el marido sacó la pistola y de un tiro mató a la yegua.
  • De regreso a la casa, mientras caminaban sacándole la vuelta a los hoyos del sendero, la mujer le gritaba que era un bruto, un animal; que cómo se le había ocurrido hacer eso, que esto y l’otro. ¡No paraba!
  • Entonces, el marido detuvo su andar; volteó a verla y con una expresión propia del infinito amor que le tenía, le dijo suave y delicadamente una sola palabra: “Uno…”
Cajón de sastre:
  • Mañana, cambio completo de programa, sin faltar el Incomparable Iván; la Infame e Infumable Ramle y los desabridos gansitos rellenos de nada: la Ardiente, Ardorosa y Metiche Lady Rabietas Cochinilla -perdón- Cachanilla, con su inigualable, infaltable e inflable patiño, el Inquisidor Beto Hogueras Fogatitas y la insostenible Irene, nueva adquisición de este clan de chaleros -perdón otra vez- chateros.
  • Que tenga ustedes hoy un plácido domingo.
PD
  • Las dos historias que les conté son ficticias, pero están basadas en hechos reales. 
  • Quise platicárselas en un humor al que iba a llamar "negro", pero después de que vean el siguiente video, sabrán por qué me resisto a hablar de humor negro:
Plácido Garza

Presidente de la plataforma noticiosa www.detona.com que cuenta con un periódico y canales de TV en YouTube y Tik Tok. Ganador del Premio Nacional de Comunicación para Medios Digitales 2023, otorgado por la “Fundación José Pagés Llergo”. Trofeo Regio 2024 en la categoría de Comunicación. Nominado a los Premios de Periodismo “Maria Moors Cabot" de la Universidad de Columbia en NYC; "Sociedad Interamericana de Prensa"; “Nacional de Periodismo en México" y Premio Estatal de Periodismo “Francisco Cerda Muñoz” 2024. Miembro de los Consejos de Administración de varias corporaciones globales. Exporta información a empresas y gobiernos de varios países. Creador de la primera plataforma BigData en México. Escribe todos los días su columna IRREVERENTE para medios nacionales y extranjeros. Maestro de distinguidos comunicadores en el ITESM, la U-ERRE y universidades de EEUU. El 29 de septiembre del 2022, Plácido Garza es incluido en la Enciclopedia de la literatura en México por su libro “Irreverente”, donde se le destaca en la reseña como “un disparador incansable de ideas, algunas provocadoras, otras, lapidarias”. Se le reconoce por tener un tono fresco y mordaz, de crítica política y social, así como una viva expresión de la lengua y la cultura mexicana; una mezcla antagónica generada por la proximidad con Estados Unidos. Como montañista, ha conquistado las cumbres más altas de América y una que otra de Asia y Europa.