El Milagro del Padre Stu: Father Stu / EUA, 2022

Director: Rosalind Ross. Guión: Rosalind Ross. Actores: Mark Wahlberg, Mel Gibson, Jacki Weaver y Malcolm McDowell. TRES ESTRELLAS.

El Milagro del Padre Stu está presuntamente basada en la vida real de Stuart Long, individuo que de ser un pendenciero sin vida o futuro, se convierte en un cura católico en Los Angeles de la década de los 90s, pero sometido a diversas pruebas físicas y espirituales antes de poder lograr su cometido.

Mark Wahlberg encarna al personaje que claramente está enojado con la vida, consigo mismo, con sus padres y con el destino que lo embarcó a un viaje sin rumbo.

Desde sus padres (Mel Gibson y Jacki Weaver) separados, y el papá igual de enojado que el hijo y la madre distanciada, pero encauzada a que su hijo no vaya por mal camino, la película va mostrando que sí, en la vida sí hay un propósito para Stuart.

Nada más que hay que reconocer lo que se va colocando y cuales son los pasos que se deben tomar. La mera verdad, buscamos un indicio de una buenaventura, pero no conocemos las pruebas a las que seremos sometidos.

La película, a todas luces, es la vida como una tragicomedia, la que todos los días abrazamos porque estamos contentos para bien o para mal de abrazarla.

En sí es como todos vivimos en un momento dado: un acto de transformación al recorrer el simbólico camino a Damasco, y en este caso es Stuart Long que se da cuenta de pronto que está siendo llamado por Dios para algo, el llamado a ser sacerdote como sinónimo de poner orden en su vida y ser útil.

El poder del espíritu indomable que puede contra cualquier sufrimiento que Dios opte por poner en el camino de un hombre como señal de que una vida a logrado su misión terrenal.

Se manejan niveles de todo tipo que puede tocar al espectador de manera superficial o profunda, sin importar el tipo de vida que se lleve y el tipo de relación de hijos con padres que se tenga.

Mel Gibson y Mark Wahlberg muy bien de hecho en sus respectivos papeles, y de hecho parte del filme es lograr un común acuerdo con la vida, el lograr perdonar y perdonarse.

Aunque no niego, de repente parece un capítulo de la Rosa de Guadalupe tal cual, pero la contradicción es que tanto que se le dice que los americanos, no digamos la frivolidad de Hollywood, y son ellos los que nos presentan una película contemporánea de la vida de un hombre, su vida en pena y el llamado que escucha de Dios.

Justo Elorduy Hevia

Nacido en 1958, año de estreno de El Puente Sobre el Río Kwai. Crítico de cine y por 34 años analista del género en el periódico El Norte. Amante de la magnificencia de la pantalla grande. Y no hay sustituto. Lo que se ve en la pantalla grande, se queda en la pantalla grande.