En Veracruz gobierna la delincuencia

Dante Delgado, dirigente nacional de Movimiento Ciudadano definió matemáticamente al gobernador de Veracruz:

“Es un inepto”.

“Da vergüenza escucharlo decir tantos dislates”. El senador remató: “La delincuencia se encuentra en Palacio de Gobierno y la justicia está pervertida en la entidad”.

Cuitláhuac García es un invento político de López Obrador y una burda calca de la personalidad autoritaria del presidente. Todo lo que hace y dice es para imitar y quedar bien con el jefe.

Tiene la impronta de un pato. Camina, grazna, ordena, trampea a la manera del que habla en la “mañaneras”.

Es incapaz de tomar una decisión de manera autónoma. Por eso la detención arbitraria del secretario técnico del Senado, José Manuel del Río Virgen sólo puede entenderse a partir de la complacencia e instrucción que le dieron al gobernador en Palacio Nacional.

El móvil de ese encarcelamiento trasciende las fronteras veracruzanas. Es apenas una muestra de lo que está decido a hacer el presidente si alguien como Ricardo Monreal o Dante Delgado pretenden aliarse para derrotar a Morena en el 2024.

Veracruz forma parte del feudo político que viene construyendo López Obrador en el sureste. Es uno de los cinco estados más importantes en la lista nominal. Después del Estado de México, Ciudad de México y Jalisco, es la entidad que más votos aportar a la elección presidencial.

En Veracruz hay 6 millones de votos que bien pueden ser decisivos para definir los resultados en el 24.

Así que la orden del presidente a Cuitláhuac es muy clara: Hacer lo que tenga que hacer para impedir que la entidad regrese a la oposición.

Y vaya que el gobernador ha sabido cumplir con la instrucción presidencial. En las elecciones del pasado 6 de junio, Veracruz se convirtió en la entidad con mayor violencia política. Fueron asesinados, secuestrados y amenazados 45 candidatos de la oposición. Con más crudeza e impunidad que en Michoacán, Sinaloa, Sonora y Zacatecas.

El encarcelamiento de Del Río Virgen dejó ver el papel que van a jugar los mandatarios morenistas en la sucesión presidencial. Cuitláhuac utiliza al cuerpo policíaco, a la Fiscalía, al Congreso local y a los jueces para legitimar la persecución política.

Ahí está la iniciativa que envió al congreso para considerar como delito grave el “ultraje a la autoridad”. Un concepto que puede ser interpretado a conveniencia del gobernante, que es utilizado por los tiranuelos para impedir la protesta política y la libertad de expresión.

Reformar un código penal para meter a la cárcel a los adversarios habla de miedo. Al parecer el veracruzano trata de vacunarse contra la crisis social y política que puede estallar a causa de la cínica corrupción y los nulos resultados de su gobierno.

¿Quién manda en Veracruz? 
¿Cuitláhuac García o el Cartel Jalisco Nueva Generación? 
¿O acaso el gobernador le responde a  dos jefes aliados bajo el lema de “abrazos, no balazos”,  a López Obrador y al crimen organizado?

A raíz de la detención de José Manuel del Río Virgen, Dante Delgado anunció la formación de una comisión especial en el Senado para investigar los abusos de autoridad del gobernador y valorar la desaparición de poderes.

La desaparición de poderes de acuerdo a la Constitución procede cuando el Ejecutivo de una entidad quebranta los principios del régimen federal o cuando se promueve una forma de gobierno distinta a la fijada en los artículos 40 y 115 de la Carta Magna.

Cuitláhuac ha violado ambas disposiciones. Ha quebrantado la división de poderes, pervertido al Poder Judicial al convertirlo en  arma política y ha puesto la soberanía del estado en manos de la delincuencia trasnacional.

El discípulo favorito de Palacio Nacional merecería ser defenestrado. Incluso su caso podría bien convertirse en un ensayo para luego destituir al mismo Presidente de la República, conciencia, maestro y artífice del veracruzano.

Beatriz Pagés Rebollar

Directora general de la Revista “Siempre”, una de las más influyentes de México, fundada en 1953 por su padre, Don José Pagés Llergo. Ha formado parte de los equipos de Televisa, Canal 11, Multivisión, CNI, Canal 40 y es comentarista política de numerosos medios. En 2019 renunció al PRI, donde militó gran parte de su vida.