México supera el millón de casos de covid-19 y acumula más de 98,000 muertes
La Secretaría de Salud de México informó este sábado que el país superó el millón de contagios por coronavirus y alcanzó un total de 98.259 muertes a causa de la enfermedad desde que comenzó la pandemia.
Según el informe de las autoridades sanitarias, en las últimas 24 horas se registraron 5.860 nuevos casos de covid-19 y 635 fallecimientos. Hasta el viernes 13 de noviembre, México contabilizaba 997.393 positivos a covid-19 y 97.624 muertes.
El subsecretario de Promoción y Prevención de la Salud, Hugo López-Gatell, también destacó que un total de 745.361 personas se han recuperado de la enfermedad hasta la fecha.
A nivel nacional, hay una ocupación del 35 % de camas de hospitalizacióngeneral y del 27% de camas con ventiladores en unidades de cuidados intensivos.
Incremento de contagios y hospitalizaciones en varios estados
La cifra del millón es simbólica pero va acompañada del incremento de contagios y hospitalizaciones en varios estados que han aumentado sus restricciones, entre ellos Ciudad de México.
Alcalá recordó que de ese millón, solo 4% son enfermos activos y unas 800.000 personas se han recuperado. Agregó que México ha seguido los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para hacer énfasis en la vigilancia centinela, la de trabajadores de salud y la de grupos vulnerables como adultos mayores.
¿Cómo es que México ha llegado a esta situación?
Marchando en forma resuelta e incluso desafiante contra muchas de las prácticas aceptadas a nivel internacional para enfrentar la pandemia, desde el uso de mascarillas hasta confinamientos, realización de pruebas y rastreo de contactos.
El presidente Andrés Manuel López Obrador casi nunca usa mascarilla y el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, el principal portavoz sobre la enfermedad, lo hace ocasionalmente.
Aunque las autoridades en México afirman que la ciencia está de su lado, no lo parece. Expertos internacionales han recomendado la realización de pruebas a gran escala y aseguran que el uso de mascarillas protege tanto a quien la porta como a las demás personas.
Dos estados permanecen en alerta máxima: Chihuahua, en la frontera norte con Texas (y que ya implementó horarios restringidos a negocios y otras medidas) y Durango, en el noroeste del país.
La capital mexicana, con más de 175.000 contagiados y al menos 12.279 muertes confirmadas, no llega a la alerta máxima (el llamado semáforo rojo) pero está cerca. Registra un aumento de casos diarios desde mediados de octubre y las autoridades se encuentran especialmente preocupadas ante el alza de hospitalizaciones.
Las más recientes medidas puestas en marcha por las autoridades capitalinas incluyen el cierre de bares y cantinas, así como la restricción de horarios de negocios en espacios cerrados como restaurantes y gimnasios. Sin embargo, la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum no descartó que, de no corregirse la tendencia al alza de la epidemia, las restricciones sean reforzadas y ampliadas.
La principal promesa del presidente a los mexicanos es que habría suficientes camas de hospital para quien necesitara una, y su gobierno loha cumplido en gran medida, pero la población tiene mucho miedo a ser hospitalizada y con frecuencia espera hasta el último momento, punto en que, según los médicos, es demasiado tarde. Este temor no es infundado; a principios de la pandemia, 75% de los pacientes intubados y puestos en respiradores falleció en la mayor red de atención médica del país.
En un punto a su favor, el gobierno cambió su mensaje dirigido al público en un aspecto: cuando las autoridades pedían antes a la gente que permaneciera en casa tanto como le fuera posible si estaba enferma, ahora recomiendan a quienes tengan más de 60 años o factores de riesgo como diabetes u obesidad que busquen atención inmediata.
Pero en la mayoría de otros aspectos, la insistencia de que el resto del mundo está equivocado y la postura de México es la correcta al parecer ha costado vidas.
Desde el inicio de la pandemia, México ha realizado apenas 2,5 millones de pruebas a sus ciudadanos; solo se efectúan a las personas gravemente enfermeras. Como las pruebas corresponden sólo a 1,9% de la población, resulta difícil, si no imposible, rastrear eficazmente a los contactos, detectar brotes de manera oportuna o identificar casos asintomáticos.
El médico Arturo Galindo, jefe de epidemiología del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, uno de los principales hospitales públicos de México, ha sido testigo de cómo las unidades de cuidados intensivos se han llenado al 100% en las últimas semanas después que los mexicanos bajaran la guardia y comenzaran a tener más reuniones. El hospital envía ahora los casos críticos de COVID-19 a otros centros de tratamiento.
A título personal y no como postura de su hospital, Galindo también apoya una mayor realización de pruebas y considera que hay indicios de una nueva disposición a que se considere la idea, sobre todo con la llegada de nuevas pruebas de antígenos rápidas y baratas.
Salvo unos cuantos estados, ninguna autoridad en México ha intentado imponer un confinamiento o uso de mascarillas de manera obligatoria.
Lo más que ha hecho la mayoría de las autoridades locales ha sido disponer el cierre de lugares de trabajo y multar o clausurar negocios que permitan la presencia de muchos clientes dentro a la vez. Más allá de eso la aplicación efectiva es casi nula en lo que se refiere a viajes, uso de mascarillas, así como realización de fiestas y bodas.