Morena en el espejo de la derrota

Sabe que puede perder la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados.

Sabe que las encuestas empiezan a reflejar el desastre provocado por el gobierno en los hogares, que sus candidatos malos y corruptos no superan el 50 por ciento de la intención de voto y que esta vez no serán catapultados por la candidatura de López Obrador.

EL ROSTRO DE UN GOBIERNO INCOMPETENTE

Morena es el rostro de una administración a todas luces incompetente. Aunque la aprobación del presidente todavía se mantiene arriba, desciende cada vez más su aceptación y credibilidad.

El grupo GEA acaba de publicar la primera encuesta de opinión sin ataduras donde el fracaso del régimen es evidente.

Hoy, a diferencia de hace un año, la sociedad considera que el gobierno pudo haber hecho algo para reducir la crisis económica actual. La mayoría de los encuestados opinó que el país va por rumbo equivocado, que la situación económica de su familia es mala y que en los próximo seis años no mejorará.

AMLO, EL SIMULADOR

Pero también hay algo notable en esta encuesta. Mientras en septiembre de 2018, el 38% de los entrevistados creía en la honradez del presidente y en su cercanía a la gente, hoy cada vez más personas lo ven como un simulador.

A dos meses de las elecciones el espejo negro y humeante de Tezcatlipoca comienza a reflejar el cataclismo económico y social provocado por el mal manejo de la pandemia: 54% de la familias sin ingresos ni ahorros, sin poder pagar trasporte, ropa, renta y educación. Tratando de huir a otro país, sin lograrlo.

Ante el fracaso, López Obrador toma decisiones desesperadas. Busca forzar la maquinaria del Estado para imponer el triunfo de su partido el 6 de junio.

De ahí, el Acuerdo Nacional para la Democracia, los juicios a gobernadores, la guerra al INE por combatir la sobrerrepresentación y sancionar a candidatos — 60 de Morena— que no han entregado el informe de gastos de campaña.

ATAQUES A LA AUTORIDAD ELECTORAL

Los ataques a la autoridad electoral tienen un claro trasfondo. El gobierno quiere mantener la mayoría absoluta de su partido en la Cámara por medio de la sobrerrepresentación, es decir, por medio de los “chapulines” y el fraude a la Constitución, porque sabe que esa victoria no la va a obtener en las urnas.

El presidente les amarró las manos y les hizo vudú a los gobernadores para que dejen el camino libre a Morena.

Con el Acuerdo Nacional para la Democracia, López Obrador pretende repetir el esquema que le permitió ganar en 2018.

QUIERE QUE GOBERNADORES DEN VÍA LIBRE A MORENA

Pacta en público, —y con amenazas—, lo que él pacto en privado en Los Pinos:  Que los gobernadores ordenen a las estructuras de sus partidos dejar la vía libre a Morena para que pueda ganar. O bien, como también sucedió en el 18, que algunos mandatarios locales de oposición ayuden a los candidatos del presidente a ganar.

El gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, uno de los peor calificados, confirmó con arrogante ingenuidad la repetición de la fórmula: “Antes a los gobernadores se les hablaba para que apoyaran el fraude. Ahora se nos convoca para fortalecer la democracia”. La democracia a favor de Morena, claro.

El partido del águila con las alas abiertas, —tal vez por el susto—, es un partido dividido, balcanizado que vive una guerra intestina por el “dedazo” y las encuestas apócrifas o inexistentes con las que fueron impuestas las candidaturas.

A ello hay que sumar las negras biografías de muchos de sus candidatos, casos como el de Salgado Macedonio o la candidata Clara Luz Flores acusada exhibida por tener relación con el líder de la secta NXIVM, Keith Raniere.

VICIOS PRIVADOS, VIRTUDES PÚBLICAS

A Morena lo define bien la frase: “vicios privados, virtudes públicas”.

Una cosa son los cuentos y cuentas alegres de la “mañaneras” y otra muy distinta es el pandemónium que existe en las entrañas de un gobierno, de un gabinete y de un partido donde, a nueve meses de la elección, su militancia está dedicada a sacarse las tripas.

Beatriz Pagés Rebollar

Directora general de la Revista “Siempre”, una de las más influyentes de México, fundada en 1953 por su padre, Don José Pagés Llergo. Ha formado parte de los equipos de Televisa, Canal 11, Multivisión, CNI, Canal 40 y es comentarista política de numerosos medios. En 2019 renunció al PRI, donde militó gran parte de su vida.