Siete Puntos

Pedir perdón por el pasado

¿Está obligado este Papa a disculparse por los delitos de sus antecesores?.
1.

Cuando AMLO exigió que España se disculpara por las atrocidades cometidas hace 500 años, durante la Conquista, se le vinieron encima sus opositores y hasta no pocos de sus seguidores. Aquéllos vieron la iniciativa como uno más de los dislates presidenciales, otra ocurrencia como la rifa del avión, la supresión del horario de verano, el desmantelamiento de la Estatua de la Libertad, etc.

Hábil en el manejo de masas, el tabasqueño estaba utilizando otro distractor para que no viéramos los verdaderos problemas del país, agravados durante su gestión.
2.

Pero algunos de sus simpatizantes acudieron a la clásica frase: “Crímenes son del tiempo y no de España”, de Manuel José Quintana, feroz crítico de los conquistadores ibéricos, pero defensor de su país.

Eladagio invita a contextualizar lo sucedido hace cinco siglos, y a no juzgarlos con criterios del presente.

Sería como condenar a los nietos de un dictador por lo que éste hizo, y exigir responsabilidades que sólo el propio infractor debe asumir. Resulta curioso que tal comprensión no se tenga para los abusos cometidos por algunos miembros…

3.

… de la Iglesia en el pasado, y se conmine a su máximo representante, el Papa, a disculparse públicamente.

Así lo ha hecho Francisco de Roma. De visita en Canadá, se ha disculpado por la afectación a los pueblos originarios, al querer inculturarlos de manera forzada, alejándolos de sus hogares y obligándolos a no hablar su lengua materna, y por el abuso a tantos niños en escuelas financiadas por el gobierno pero dirigidas por misioneros católicos. Esto sucedió desde fines del siglo XIX hasta la década de 1970.

4.

Ya Juan Pablo II había hecho lo mismo en 1995, y el mismo Francisco en su visita a Bolivia en 2015.

O sea, por peticiones de perdón no ha quedado, pero no parece ser suficiente.

La escritora y activista colombiana, Carmiña Navia Velasco, le ha escrito una carta al Papa en la que le solicita que se disculpe con las mujeres, y enumera una larga lista de agravios que ellas han sufrido a manos de la Iglesia durante siglos. No dudo en que homosexuales, divorciados vueltos a casar, obreros, campesinos, intelectuales, artistas, etc., podrían sumarse…

5.

… a esta demanda.

Pero, volvamos al punto inicial, y preguntémonos: ¿está obligado este Papa a disculparse por los delitos de sus antecesores?.

En los casos de pederastia, por ejemplo, que son tan actuales, bien vale la pena no sólo confesar tales pecados sino resarcir los daños causados, es cierto. Sin embargo: ¿la actual dirigencia eclesiástica tiene que responder por lo hecho en la Edad Media, cuando la Santa Inquisición, en contubernio con autoridades civiles, torturaba herejes en nombre de Dios y del rey español?

6.

Bien por el Papa Francisco. Además de pedir perdón por abusos del pasado está poniendo orden en los del presente.

Las víctimas necesitan no sólo una disculpa, sino la sanación de la herida, si es ello posible, y los culpables el castigo justo.

Ojalá lo mismo hagan otras iglesias e instituciones, pues ninguna sale bien librada en los atentados contra menores. Queda para el análisis la pertinencia de reclamos por hechos acontecidos hace siglos. Si esto es válido, habrá que insistirle al pueblo judío el que de disculpe por el asesinato de Jesucristo.

7.

Cierre ciclónico.

“Ten cuidado con lo que pides, porque se te puede conceder”, reza el dicho popular. Y viene a cuento porque ya son muchas las personas que están pidiendo nos llegue un Huracán, tipo Alex o Hanna, para que se llenen las presas y tengamos ya agua todos los días, a todas horas y en todas las colonias.

Pues sí. Parece la única solución. Pero: ¿está preparada nuestra infraestructura -alcantarillas, drenaje pluvial, avenidas- para recibir tanta agua de golpe y porrazo?

Ojalá las autoridades hagan su trabajo y prevengan, antes de lamentar.
Padre Paco

El sacerdote José Francisco Gómez Hinojosa (Monterrey, México, 1952) es el actual Vicario General de la Arquidiócesis de Monterrey. Es diplomado en Teología y Ciencias Sociales por el Departamento Ecuménico de Investigaciones de San José, Costa Rica, y doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Ha sido profesor en el Seminario de Monterrey, en la UDEM, el ITESM, la Universidad Pontificia de México, el Teologado Franciscano, el EGAP (Monterrey) y la Universidad Iberoamericana (Centro de Extensión Monterrey).