Política de género hoy, no es prioridad

La igualdad de género es uno de los grandes pendientes del Estado mexicano.

Antes de la contingencia, se realizaron muchas manifestaciones por parte de mujeres y de grupos de feministas, exigiendo mejoras en la igualdad y el trabajo doméstico, el cual no es remunerado, mayor seguridad, respeto a sus derechos y mejoras en sus condiciones laborales, entre otras.

Lo anterior, como respuesta a la serie de violaciones a sus derechos y una total ausencia de medidas de protección a la integridad de las mujeres.

El número de mujeres en puestos de representación popular es casi paritario, de hecho derivado del proceso electoral del pasado 6 de junio, nuestro país cuenta con nueve titulares de los poderes ejecutivos estatales.

No obstante, estos innegables avances, las políticas de apoyo a las mujeres son mínimas por parte de la actual administración federal. Como parte de la estrategia de austeridad y combate a la corrupción, el gobierno de López Obrador eliminó el financiamiento a organizaciones de la sociedad civil dedicadas al apoyo para mujeres en condiciones de vulnerabilidad, así como también ha eliminado un conjunto de programas gubernamentales dedicados al apoyo de las mujeres.

Durante la presente administración, se canceló el financiamiento a organizaciones de cuidado, protección y apoyo a mujeres dedicadas a la atención de problemas de salud, como el cáncer, refugio y apoyo psicoemocional a quienes viven cualquier tipo de violencia.

De igual modo, programas gubernamentales como las estancias infantiles para trabajadoras fueron cancelados, lo que desprotegió a las mujeres que hoy en día representan el principal sustento económico de casi 30% del total de hogares en nuestro país.

Cabe señalar que si bien México había avanzado en lo que se refiere al número de mujeres económicamente activas que estaban incorporadas al mercado formal del trabajo, la pandemia afectó primordialmente a ellas, ya que más de 80% de los empleos perdidos corresponden a las mujeres, lo que las coloca en una situación de vulnerabilidad y menosprecia el valor de su trabajo.

Adicionalmente, la violencia sexual, la trata de personas y los asesinatos de mujeres se han incrementado en los últimos meses, aunque la situación de violencia que atraviesa nuestro país más allá de la estridencia y resonancia de los eventos relacionados con el crimen organizado muestran mejoras marginales, las estadísticas de violencia contra la mujer se han incrementado de acuerdo a de las mismas mediciones gubernamentales.

El 28 de junio, el gobierno presentó su informe relativo a la estrategia nacional de protección integral a mujeres y niñas que viven violencia basada en género, donde refrendó su compromiso con la atención de la calidad de vida de las mujeres y niñas; sin embargo, las estadísticas indican que las metas establecidas aún se encuentran lejos, al no existir disponibilidad presupuestal para atender la problemática de las mujeres.

La igualdad de género sigue siendo un pendiente, y a pesar de los avances registrados en materia electoral, ellas han visto agudizadas las condiciones de su calidad de vida, las cuales no sólo se agravan por la contingencia sanitaria, sino que incluso han sido abandonados por el Estado mexicano.

Alberto Martínez Romero

Licenciado en Periodismo y Comunicación Colectiva por la UNAM. Tiene un MBA por la Universidad Tec Milenio y cuenta con dos especialidades, en Mercadotecnia y en periodismo de investigación por el Tec de Monterrey. Tiene diversas diplomaturas en Habilidades Gerenciales por la Universidad Iberoamericana y se ha especializado en Relaciones Públicas y Atención de Crisis en Comunicación. Ha sido reportero y editor en medios como Reforma y El Universal. Fue corresponsal en Centroamérica para Reforma y Notimex. Colaboró en la realización del libro “La Huelga del Fin del Mundo”, de Hortensia Moreno y Carlos Amador, primer libro que se escribió sobre la huelga estudiantil de 10 meses en la UNAM en 1999.