¿Qué sigue después de la peregrinación de ayer en la CDMX?
Les platico: La danza de los números siguió a la marcha de la revancha.
Sobraron las opiniones en uno, en otro sentido, y seguirán sobrando.
- En la peregrinación del Ángel al Zócalo: los matachines.
- En los chats: los danzantes de los números y de las opiniones ajenas.
Y en medio de todo esto, la irresponsabilidad de los que cuidan al presidente, al arriesgarlo como lo hicieron.
Hubo uno que pagó la cuota y se desvaneció, no debido a la muchedumbre, sino al desmadre de semejante amontonamiento.
Epigmenio Ibarra cayó al suelo y de entre los circundantes, sobraron los que sacaron sus celulares para documentar la escena y faltaron los doctores o enfermeros que asistieran al desvanecido.
Con el boom de las redes sociales, cualquiera se cree analista o periodista y está en su derecho. Vivimos en un país libre… todavía.
Pero en sus diletantes afanes olvidan que información no es saturación.
Claro, el desvanecido no fue cualquier persona; es el propagandero favorito del régimen, que acapara créditos y becas de los fondos para proyectos cinematográficos.
El llaureado director de cine mexicano, Guillermo del Toro, puso el dedo en la llaga cuando twitteó que los cineastas sobrevivieron al régimen de López Portillo, pero sucumbieron en el de López Obrador.
DESPILFARRO CALLEJERO PRESIDENCIAL
A los “buenos hombres”; a las autocalificadas por ellas mismas como “amas de casa” que no fueron a la marcha de la revancha y opinaron como si allá anduvieran, se les agradece el ímpetu con que defienden semejante despilfarro callejero presidencial, habiendo temas torales como seguridad, salud, educación y economía.
Pero les reitero: saturar no es informar y mucho menos lo es exagerar.
Y cuando sus excreciones -que no expresiones- son copias de lo que otros dicen y escriben, confunden, envilecen y agravian.
La locuaz vehemencia que algunos le ponen a sus textos, arruina lo que otros escriben, analizan, opinan o dicen.
Si los derechos de propiedad fueran ejercidos cabalmente por sus autores originales, los descarados copiones estarían en el bote.
Entonces, desde esta irreverente trinchera defiendo el derecho a opinar, pero critico al de saturar y más al de exagerar.
¿QUÉ SIGUE?
Por el bien de México, espero que satisfechos sus deseos de “baño de pueblo”, el presidente y su gabinete se ocupen de resolver los problemas que aquejan a millones de mexicanos en materia de:
- Seguridad.
- Salud.
- Educación.
- Economía.
LOS DETALLES:
- Este ya es el sexenio más violento de la historia mexicana, después de la revolución. Tenemos indicadores de un país en guerra, sin vivirla… todavía.
- El IMSS sigue estando muy lejos del INSS -Instituto Nórdico del Seguro Social- que el presidente nos prometió en sus días de campaña.
- Miles de docentes andan más ocupados en ocupar el Zócalo, marchando y bloqueando vías del tren, que en dar cátedra de calidad a millones de niños y adolescentes que forman parte de la llamada “generación perdida”.
- A la chita callando, el actual régimen vive del crédito internacional y de las remesas de los paisanos. La inversión pública en obra e infraestructura está parada, porque los presupuestos de la federación son engullidos por AIFA, Tren Maya y Dos Bocas. La inversión extranjera que todavía existe en México es producto de contratos que fueron firmados en el sexenio pasado. El capital de los empresarios mexicanos cada vez vuela más lejos de México.
Y en medio de todo esto, la pretendida y pretenciosa reforma electoral que le daría en la madre al organismo ciudadano que validó los triunfos de Morena: El INE.
Diciembre toca a la puerta y si este gobierno no hace su jale, las posadas le van a poner a México una bailada de padre y señor nuestro, que muchos van a tener que ir a pedir posada al otro lado.
De enero, mejor ni hablamos…
CAJÓN DE SASTRE
“Se agita la fronda otoñal de este glorioso país que parece resistirlo todo. A ver cómo nos va en el invierno”, remata la irreverente de mi Gaby.