Slim, the man
Es el verdadero mentor del neoliberalismo. Sus propuestas pueden sonar descabelladas. Como incluir hasta los 70 años la jubilación. Las jornadas laborales de 12 horas terciadas. A fin de evitar la movilidad y la pérdida de tiempo.
Slim, lleva bien metidas sus ambas manos en la 4T. Es convocado a las reuniones frecuentes en Palacio Nacional. Le escuchan todos los secretarios de estado.
No existe movimiento de una hoja en el árbol de la burocracia centralista.
Para los grandes negocios del libanes, la filantropía puede tener distintos rostros. El popular, con el museo del Estanquillo en el corazón de la CDMX. El rescate del Hotel Virreyes, uno de los edificios representativos de una ciudad a medio hundir.
Quienes añoran suceder en la presidencia a Andrés Manuel, Marcelo o Claudia, las posturas del magnate les planchan el camino.
Slim decide, determina y soluciona problemas complejos.
Como la línea 12 del metro de la CDMX.
Sus contratistas, trabajadores, arquitectos, ingenieros civiles y personal de campo, serán quienes, del bolsillo de Carso, restablecerán el orden de la ciudad del caos.
Lo harán en tiempo avasallante. Sin pérdida de recursos ni vidas humanas.
Con eso, el espaldarazo llega a buen tiempo.