Un ladrón en la presidencia

30 millones de mexicanos votaron el 1 de julio de 2018 para que los gobernara un ladrón.

El libro de Elena Chávez “El Rey del Cash” puede quedar resumido en una sola frase: Hay un ladrón en la presidencia.

30 millones de mexicanos votaron el 1 de julio de 2018 para que los gobernara un ladrón.

El libro representa un parteaguas sexenal. Deja sobre el polvo y hecha girones la bandera anticorrupción de la Cuarta Transformación y convierte en añicos la moral del mesías.

El valor de la obra no radica tanto en la revelación como en la confirmación de la sospecha: López Obrador es un atracador en el sentido más puro de la palabra y México padece hoy las consecuencias de ser gobernado por alguien que llegó al poder para robarse el país.

El proyecto político del presidente es, simple y sencillamente, un plan para saquear a la nación.

La diferencia con otros mandatarios corruptos es que, en este caso, no solo se trata de un asalto a las arcas públicas sino de un atraco del poder.

El gobierno lleva cuatro años trabajando en desvalijar la Constitución, la división de poderes y el Estado de derecho para que impere la “ley del ladrón”, secuestrar en el 2024 la democracia y construir un Maximato.

Las bardas pintadas que comienzan a aparecer por el país con la leyenda “Que siga López, estamos Agusto” evidencian la intención de ir creando un clima favorable para reformar la Constitución, eliminar el artículo que prohíbe la reelección y permitir que López Obrador prolongue su mandato.

El “Rey del Cash” pone al desnudo el leitmotiv, el interés fundamental que mueve las fibras de este gobierno: el dinero.

No importa su origen o procedencia, no tiene importancia si es legal o ilegal, obtenido a través de la extorsión, el hurto o del chantaje. Lo único que vale, es que llene las arcas de un político insaciable.

Esta compulsión por el dinero explica la política tributaria de su gobierno. Explica el terrorismo fiscal, la desaparición de fideicomisos cuyos recursos no tienen destino conocido, la facultad del Ejecutivo para hacer uso discrecional de lo no ejercido, pero sobre todo, desnuda la hipocresía de la “Austeridad Republicana”, un mero disfraz para ocultar el saqueo más grotesco de las arcas públicas.

Elena Chávez atina al iniciar el primer capítulo con la pregunta: “¿Y de qué vive Andrés Manuel López Obrador?” Vive de robar a los demás.

Es un golfo que come a costa de los mexicanos. De los “moches” que quita a los trabajadores, del sablazo que da a los empresarios y de pedir sacrificio a los más pobres.

El capítulo “Regalos, muchos regalos” es el nítido retrato de un político miserable que se queda con las camionetas y los relojes que recibe de los ricos y pone en venta de garage las humildes artesanías de indígenas y campesinos esperanzados.

López Obrador es uno de los productos más perfectos de la corrupción política mexicana.

Es la savia y el resumen de las peores prácticas del poder. Necesita de la corrupción de los otros para ocultar sus propios excesos y para erigirse en representante de la honestidad nacional.

Necesita de los pobres para que voten por su partido, pero también y sobre todo, requiere de políticos y empresarios corruptos para poderlos someter.

La corrupción fue la gasolina que alimentó la campaña del tabasqueño a la presidencia de la república y es el combustible que mantiene vivo y en franca expansión a su régimen.

Si no hubiera en el PRI un Alejandro Moreno, el gobierno no hubiera podido hacer transitar la militarización de la seguridad pública.

Si no hubiera senadores y diputados del PRI con malos expedientes, el secretario de gobernación no estaría presumiendo –como hoy lo hace– que el PRI ayudará al gobierno a dar el tiro de gracia a al INE.

La autora del "Rey del Cash" narra el papel que jugó Marcelo Ebrard, Mario Delgado y otros personajes en las tuberías del drenaje para conseguir dinero a López, pero poco o nada dice sobre cómo participó el crimen organizado en las campañas del candidato.

Si todos los que entregaron dinero al “Rey del Cash” fueron premiados con un cargo o concesión, se deduce que la mayor recompensa fue entregada a los narcos.

La política de “abrazos, no balazos”, representa la entrega del territorio nacional al crimen organizado.

López Obrador se roba al país en complicidad con el crimen. Paga a los delincuentes el favor de haberlo llevado al poder.

Él también sabe pagar en cash.
Beatriz Pagés Rebollar

Directora general de la Revista “Siempre”, una de las más influyentes de México, fundada en 1953 por su padre, Don José Pagés Llergo. Ha formado parte de los equipos de Televisa, Canal 11, Multivisión, CNI, Canal 40 y es comentarista política de numerosos medios. En 2019 renunció al PRI, donde militó gran parte de su vida.