Por cierto...

El tren Maya

Esta obra que puede desarrollar la economía, conectividad entre regiones, comercialización, turismo y muchos otros beneficios que conlleva “el progreso”.

Son tres las obras insignia del actual gobierno federal, una de ellas, el tren Maya que cruzará la península de Yucatán, las otras dos resultaron un fracaso.

Los trabajos del tren que se realizan en Yucatán avanzan a paso lento.

Estuve en diciembre por esas tierras, ahí recorrí algunas zonas de construcción, difícilmente podrá circular algún tipo de tren por las vías antes de diciembre de 2024, aunque la 4T tenga otros datos.

Una inversión que llevará progreso y desarrollo a muchas zonas de Yucatán (escribo sólo sobre la entidad que recorrí). Guste o no a algunos, desde ya es detonante de empleos, incluso, el gobernador panista presume que es el estado con mayor crecimiento en empleo, formal e informal.

Lo es, trabaja mucha gente en lo que serán las vías, paraderos y estaciones. Grandes empresas de Nuevo León, Veracruz y Chiapas son parte de la construcción junto a los yucatecos, quizá por ello son pocas las voces norestenses que se quejan por la construcción entre ese sector productivo.

¿Por qué estar a favor?

Porque lleva empleo, progreso, desarrollo y mejor calidad de vida a miles de familias en decenas o quizá cientos de poblados excluidos del desarrollo, sitios que muchos ni imaginan su existencia. Zonas en las cuales, hoy día, es difícil ganar un salario mínimo, no digamos sueldos mejores.

Los ambientalistas dirán que nada justifica el daño a uno de los principales pulmones del país, lo único que puedo responder es que esos ambientalistas poco o nada hacen por la calidad de agua, aire, tierra o entorno en sus zonas de hábitat. Es fácil cuestionar y exigir que se detenga el progreso allá a donde queremos vacacionar en entornos verdes, pero muy cómodo tener el desarrollo en las urbes donde habitamos.

Concretamente en Nuevo León, quienes se desgarran las vestiduras por el daño ambiental e histórico en la zona del tren Maya, poco o nada hacen por la tragedia en bosques, cerros y áreas protegidas en la entidad, basta recorrer la carretera nacional desde la Estanzuela hasta Montemorelos, para ver cómo “el progreso” destruye zonas boscosas, extingue cerros, rellena cañadas, contamina aguas y más, pero nadie alza la voz... ¡Qué venga “el progreso”, pero el cuidado ecológico en los bueyes de mi compadre!

Dirán los amlofóbicos que soy chairo, los amlofílicos que quedo corto en elogios a la 4T; ambos parcializan mi visión. Ni chairo, ni fifí...

El tren Maya es una obra que puede desarrollar la economía, conectividad entre regiones, comercialización, turismo y muchos otros beneficios que conlleva “el progreso”.

Su presencia será el detonante para el crecimiento en el sureste mexicano pues junto al turismo y la industria, forma el trinomio perfecto en una zona con recursos naturales, históricos, arqueológicos y territorio en abundancia y por desarrollar.

Para el presidente es la obra de mayor trascendencia histórica, además de populista y clientelar entre una población históricamente marginada; parafraseando su mañanera: las obras entre los pobres son votos.

Tan clientelar que no encontré una voz en rechazo al tren.

Pasará a la historia como el mandatario que más kilómetros de vías férreas construye desde tiempos del porfiriato. Dirán los amlofílicos que no hay comparación porque Díaz lo hizo en décadas y AMLO en seis años. La respuesta es que los avances tecnológicos y de construcción emparejan los tiempos, aunque es caer en debates inútiles.

Por sobre posicionamientos radicales y debates estériles, el tren Maya será emblemático y representativo del sexenio de la 4T... ¡El viernes seguimos con el tema!

Óscar Tamez

Expresidente de la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística. Ganador del “Premio Estatal de Periodismo 2008” al mejor editorialista del año; de la “Medalla Israel Cavazos Garza” a la investigación histórica. Desde hace 23 años es periodista, locutor, catedrático de varias universidades,  consultor político e investigador histórico. Miembro del Consejo Consultivo Externo de la Facultad de Comunicación de la UANL.