Esto que pasó, ha sido el miedo más grande de mi vida: la potencia del despegue
Esto que pasó, ha sido mi miedo más grande toda mi vida, la fuerza del despegue.
El 12 de junio empezó como cualquier otro día en Ahmedabad, India.
En el aeropuerto, como siempre, hubo abrazos, maletas rodando, gente tomándose fotos, otras revisando los pasaportes por tercera vez.
El vuelo AI171 de Air India tenía como destino el Aeropuerto de Gatwick, en Londres.
Ahí donde habría reencuentros, vuelta al trabajo, empleos nuevos, vacaciones.
Nadie imaginaba que sería el último viaje para casi todos los que subieron.
Poco después del despegue, todo cambió.
Un ruido, una alarma, un giro extraño… y luego, el silencio más duro.
El avión cayó sobre un edificio cercano, una residencia estudiantil.
Las imágenes hablan por sí solas. No hace falta describirlas con palabras fuertes, porque basta con ver los rostros de quienes estaban allí. No hubo tiempo de nada.
De las 242 personas a bordo, solo una sobrevivió.
Un joven que, entre todo ese horror, logró salir caminando, herido y en shock. Es la única voz de lo que pasó adentro.
A veces la vida no avisa. Un avión despega y parece que todo está bien. Pero hay días como este que rompen todo lo que uno cree seguro.
Es una tragedia y una tristeza que va a tardar en irse. Que no se irá del todo.
A veces uno no sabe qué decir. Solo queda quedarse en silencio, sintiendo el vacío que dejan quienes ya no están.
No estaban en una guerra, no estaban haciendo nada malo. Solo estaban viajando.
En un avión, como lo hemos hecho todos alguna vez. Con planes, con esperanzas, con ganas de llegar.
Y no solo fue el avión. En tierra también hubo pérdidas.
Personas que estaban trabajando, estudiando, caminando cerca… y que sin saberlo, quedaron en medio de algo que no tenía que pasar. Vidas apagadas en un momento, injusto, imposible de entender.
Hoy hay una tristeza que se siente en todas partes.
No hay país, idioma ni rincón del mundo donde no se haya sentido esta pérdida.
Solo nos queda mandar un pensamiento lleno de amor a los que se fueron y a los que se quedaron.
¡Mayday, perdemos potencia, no podemos despegar!”
Estas fueron las últimas palabras del copiloto del avión de Air India que se estrelló al tratar de despegar en el aeropuerto de Ahmedabad.
Una carrera prometedora truncada: Clive Kunder, el joven copiloto del trágico vuelo Al171 de Air India
Varios portales informativos indios ya identificaron a 12 miembros de la tripulación en el listado de víctimas fatales.
El primer oficial Clive Kunder, era el copiloto de la aeronave, con una experiencia de 1,100 horas de vuelo, y estaba bajo el mando del Capitán Sumit Sabharwal, con 8,200 horas de vuelo.
Clive mantenía una profunda conexión con su ciudad natal costera, donde sus amigos lo recordaron como "una persona de voz suave, muy centrada y profundamente apasionada por volar".