Gaza: la perversa cadena de odio
La frase es del Cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Estado de la Ciudad del Vaticano, la autoridad diplomática vaticana.
Con ella, Parolin eleva la perspectiva de un cese al fuego de alcance geográfico regional en Gaza a un acuerdo de carácter global entre el mundo árabe y la nación judía, que sería el inicio de una reconciliación cultural histórica.
En entrevista con Vatican News en torno al segundo aniversario del ataque terrorista palestino a Israel el 7 de octubre de 2023, Parolin habló con empatía por las víctimas judías y palestinas del conflicto.
“Ningún judío debe ser atacado o discriminado por ser judío”, afirmó el cardenal.
“Ningún palestino, por serlo, debe ser atacado o discriminado porque -como desgraciadamente se oye- ‘es un terrorista en potencia´”, agregó.
“La perversa cadena del odio está destinada a generar una espiral que no puede traer nada bueno”, dijo Parolin.
Para concluir, expresó: “lamento ver que somos incapaces de aprender de la historia, incluso de la historia reciente, que sigue siendo maestra de la vida.”
Frente al plan de paz en Gaza propuesto por el presidente Donald Trump, Parolin fijó una postura que yo comparto:
“Cualquier plan que implique al pueblo palestino en las decisiones sobre su futuro y permita poner fin a esta matanza diaria de cientos de personas debe ser bienvenido y apoyado. Incluso el Santo Padre ha expresado su esperanza de que las partes acepten y pueda iniciarse por fin un camino de paz.”
No importa quién sea el “broker” de este acuerdo si se cumple el objetivo de parar las hostilidades en Gaza.
Lo relevante es que se alivie de inmediato el sufrimiento de gazatíes e israelitas en Medio Oriente, además de sentar las bases para una convivencia pacífica permanente.
¿Suena idealista y desmesurado el entusiasmo por la paz entre judíos y palestinos?
A quien piense así le invito a recordar que poco después de la caída del Muro de Berlín en 1989, los alemanes del este y oeste, comunistas y capitalistas, enfrentados y divididos por el fanatismo ideológico de Alemania Oriental, lograron un sueño imposible en la época: la reunificación de Alemania.
Romper la perversa cadena del odio en Medio Oriente no será fácil.
La guerra y el conflicto son necesidades estratégicas para gobiernos radicales y organizaciones paramilitares, como Hamás y Hezbollah, que no querrán renunciar voluntariamente a su poder, control territorial y tácticas de terror.
El cese al fuego y el acuerdo que se alcance para la paz no excluyen la investigación sobre crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio en que presuntamente han incurrido los militantes de Hamás y el gobierno de Netanyahu.
“La Santa Sede apoya un Estado de Palestina independiente, soberano, democrático y viable, que incluya Cisjordania, Jerusalén Este y Gaza”, afirmó Parolin en la entrevista.
“Identifica a este Estado no en oposición a otros, sino capaz de vivir al lado de sus vecinos, en paz y seguridad”, agregó.
Desde hace diez años, con el Acuerdo Global entre la Santa Sede y el Estado de Palestina, el Vaticano apuntó que la solución a la cuestión palestina debe hacerse conforme al derecho internacional y todas las resoluciones pertinentes de la Organización de las Naciones Unidas.
Todo lo que Hamás ha hecho en la Franja de Gaza, desde que asumieron el poder en la zona en las elecciones de 2006, no se acerca al modelo de gobierno democrático y sustentable apoyado por el Vaticano.
Una de las partes importantes del plan de paz que se quiere implementar con el plan de paz anunciado es qué hacer con Hamás: bajo ninguna circunstancia, esta organización paramilitar terrorista tiene cabida en la visión de un Estado palestino moderno, progresista y democrático.