"Inanis et vacua", libro escrito no con tinta, sino con un manantial de lágrimas.

Reflexiones sobre el matrimonio y la viudez, del empresario regiomontano que creó Radio Beep.

La verdad, me cuesta trabajo presentar un libro tan sui géneris. Y no por la complejidad de su contenido, sino por ser tan íntimo, tan personal.

Quiero entonces, en primer lugar, agradecer a Don Gustavo de la Garza haber puesto en mis manos, en manos de una especie de desconocida, un documento que lo escribió desde el rincón más profundo y apartado de su alma.

Inanis Et Vacua no fue escrito con tinta, tampoco con el tablero de una computadora. El autor lo redactó mojando cada idea y cada frase en un manantial de lágrimas.

CRISTINA.

El nombre de Cristina aparece cien, mil, millones de veces en un libro húmedo, donde cada página se convierte en un canto de amor desesperado que reclama la ausencia de la amada.

Confieso que no había puesto atención en el significado del título. No me decía nada. No conocía el concepto escrito en latín. Descubrí que se traduce como “vacío”, ausencia, carencia, como algo que está hueco y desierto.

Entendí entonces lo que trataba de transmitir Gustavo. La pérdida del sentido de la vida surgido de un vacío existencial.

Cristina ya no estaba y sin ella, el mundo quedaba atrapado en el versículo 2 del Génesis: La tierra era un caos total, las tinieblas cubrían el abismo…

Cuando revisé por primera vez la obra le mandé un texto a Gustavo donde le dije: "Leí el libro de tu viudez. ¿Qué puedo decirte? Me recordaste a Edgar Allan Poe, aquel poema que tituló como El Cuervo, un lamento a la pérdida de su amada."

Y es que en ese poema, al igual que nuestro autor, Poe llora la muerte de Leonora y le pregunta a un pájaro negro posado en el busto de Palas Atenea: ¿Existe un bálsamo para mi terrible dolor? ¿Existe el bálsamo de Judea? ¡Dí, dí, te lo suplico!” Y el cuervo se limita a decir: "¡Nunca más!"

SE ME ESTÁ APAGANDO LA VELA QUE ILUMINÓ MI CAMINO.

Este libro deja ver mucho más que el dolor de una pérdida. Sintetiza la tormenta de tormentas, el grito de dolor inenarrable, la impotencia del ser humano –de cualquier ser humano- ante lo que no puede impedir, controlar o decidir.

Es la lucha del hombre contra los designios de la naturaleza. De ese Dios en el que cree Gustavo con lealtad absoluta.

En la pagina 37, en una de las muchas cartas cibernéticas que el autor sostiene con su familia, hay una frase que describe perfectamente cómo experimentaba el autor el final de Cristina: "Se me está apagando la vela que iluminó mi camino…", dice.

Y efectivamente, esa vela fue definitiva para que ese Barón de los negocios tuviera el valor, la habilidad de reconquistarse a sí mismo, de superar una de las más profundas crisis financieras en las que se vio atrapado, para derrotar la depresión y el miedo a la incertidumbre.

El autor lo cuenta de esta manera: "…Cuando no tenía posibilidades de pagar siquiera el agua o la luz eléctrica, cuando tenía encima 27 demandas mercantiles, sólo Cristina estuvo cerca de mí…"

Gustavo me preguntó mi opinión sobre si, los dos libros que escribió, Inanis et Vacua y Persistencia versus Terquedad, se deberían presentar juntos o por separado.

Le contesté que no me importaría que se presentaran al mismo tiempo porque ambos contienen la biografía humana de la misma persona.

La respuesta de Gustavo fue, como siempre, original. Sí, me dijo, pero el cerebro es una computadora dividida en dos hemisferios. El hemisferio de la razón y la de los sentimientos.

Sin embargo, - y perdón por mi terquedad-, creo que en ambos textos está la complejidad  tanto contradictoria como complementaria del mismo ser humano.

El río proceloso de pasiones que se desbordan como cataratas de Inanis et Vacua también está presente en el otro libro, pero en forma de persistencia, de terquedad, de coraje, de una visión empresarial incuestionable y sin parangón.

Me llama la atención la importancia que han tenido las mujeres en las decisiones fundamentales de Gustavo.

No nos habla de su madre, porque no venía al caso hacerlo. Supongo que tuvo un peso trascendental en su vida. Sabemos ahora, lo que significó Cristina en el lleno y en el vacío de su existencia.

¡YA BASTA!

Pero, hoy tenemos información de algo más. Que la voz de una mujer, un ¡”Ya basta!”, lo salvó del abismo.

En la pagina 99, María del Carmen de la Garza, le escribe a su hermano: “Estoy de acuerdo con tus amigos. ¡Basta ya!” La voz de Carmen aparece en el libro como esa voz providencial, como ese Saturno que en medio de un océano golpeado por la furia de los vientos hace reaccionar al naufrago para decirle: “Voltea, atrévete a mirar el sol”.

Y Gustavo, como siempre, como lo exige su impronta vuelve a mirar el horizonte, pero siempre tomado de la mano de la adorada Chaparrita a quien cada noche con sus días le dice: “Te sigo amando. Te amaré siempre”.

Beatriz Pagés Rebollar es directora general de la Revista “Siempre”, una de las más influyentes de México, fundada en 1953 por su padre, Don José Pagés Llergo. Ha formado parte de los equipos de Televisa, Canal 11, Multivisión, CNI, Canal 40 y es comentarista política de numerosos medios. En 2019 renunció al PRI, donde militó gran parte de su vida.

Beatriz Pagés Rebollar

Directora general de la Revista “Siempre”, una de las más influyentes de México, fundada en 1953 por su padre, Don José Pagés Llergo. Ha formado parte de los equipos de Televisa, Canal 11, Multivisión, CNI, Canal 40 y es comentarista política de numerosos medios. En 2019 renunció al PRI, donde militó gran parte de su vida.