Monterrey 2050
La megalópolis está desbordada.
Desde hace años el Cerro de la Silla ha desaparecido. Se poblaron de fraccionamientos privados. Los días de buena calidad de oxígeno son nulos.
En el consulado de San Pedro Garza García no se expiden visas de turista para la gente de Escobedo, San Nicolas, Guadalupe, Juárez y Apodaca. Solo algunos sectores de Cumbres, Contry y de los Valle Oriente y Valle Poniente.
Las promesas del estadio de los Tigres, fueron solo eso, promesas. Comunidades de Venezuela, Colombia, Haití y Corea del Sur, les dan empleo a los migrantes de Oaxaca, San Luis Potosí, Veracruz y del sur de Tamaulipas.
Del barrio antiguo y de la zona centro, ahora llamada zona cero, donde nutridas gavillas de vagabundos, okupas y comunidades no binarias, pierden el tiempo en sus manifestaciones.
La Presa Libertad se le conoce como la Fresa Libertad. A ella acuden los aspiracionistas de clase media baja. Asan la carne, juegan el partidito de futcho y piden matrimonio.
Los recibos del agua, de las presas El Chuchillo y La Boca, son expedidos por Iberdrola, a quien se le condicionó, incluso el agua de lluvia, el agua de los dispensadores de los parabrisas y hasta de quienes limpian los cristales en las esquinas.
Aún hoy, en el año 2050, continua purgando sentencia Samuel Alejandro García Sepulveda, por crímenes de lesa humanidad, contra los ciudadanos de Nuevo León.