Pantera Negra: Wakanda Por Siempre - Black Panther: Wakanda Forever / EUA, 2022
Pantera Negra: Wakanda Por Siempre es la confrontación entre el país secreto africano contra el reino submarino de Talokan, regido por Namor, luego de que hay amenazas de descubrir el precioso metal vibranio en las profundidades del océano.
La película abre haciendo honor a la figura del actor Chadwick Boseman que falleció en el 2020, y por ende, Disney decidió retirar al personaje del rol de películas de Marvel, abriendo paso y sin revelar nada a que la hermana del Rey T’Challa, Shuri (Letitia Wright) sustituya al monarca difunto como la nueva Pantera Negra.
Llegar ahí para poder ocupar ese honor o si sus conflictos internos le van a ganar, es lo que se muestra en el filme.
Eso y el conflicto que surge entre Wakanda y Talokan, y la guerra que se suscita entre reino sobre la tierra y reino bajo el mar.
Disney y su universo de Marvel no cesa en sorprender, pero no para bien, sino para tomar temas, personajes y situaciones ya establecidas y colocarlas en la pantalla grande para dejar perplejo a más de uno.
La primera Pantera Negra de 2018 fue una interesante sorpresa, pero si esa película funcionó y muy bien se debió totalmente a la presencia de Chadwick Boseman, y por más que le hagan, su ausencia se siente.
La trama arranca con un incidente en una plataforma propiedad de la CIA, donde buscan vibranio fuera de Wakanda, y donde las huestes de Namor masacran a 30 operativos de la agencia con tal de mantener secreto su yacimiento y su existencia.
Cosa rara porque en base a ese incidente, le dan la razón a las potencias del mundo de que el vibranio existe en otras partes fuera de Wakanda.
En fin, esa fue una de mis quejas principales de la presencia del totalmente alterado al revés volteado de Namor (Tenoch Huerta), cuyo personaje creado por Bill Everett en 1939 (en la película le dan crédito a Jack Kirby y Stan Lee) era el Rey de la Atlántida, mientras que aquí es el Rey de Talokan de los Mayas perdidos.
Namor va y le dice a todo el mundo que existen mediante sus travesuras sangrientas, y Wakanda es el que tiene que esconder todo.
Primeramente, la cabeza para frenar el conflicto es la Reina Ramonda (Angela Bassett), luego entra en escena ya como líder Shuri (Letitia Wright), pero la mera verdad Letitia Wright no puede con el peso del filme, mucho menos sin Boseman o luego posteriormente la ausencia de la Bassett.
Tan es así que regresa el personaje de Nakia de Lupita Nyong’o, y Nakia le dice a Shuri “quítate que ahí te voy” en los departamentos de presencia y actuación.
La dirección de Ryan Coogler es muy “X”, cortesía de un guión escrito por él mismo y Joe Robert Cole, que sigue ese tren de ideas de Disney de que todo debe ser “light” y sin complicaciones “serias” para que la gente no se haga bolas al ver el filme.
Tiene un arranque interesante para dar paso a nada.
Como todas las series de ocho episodios de Disney+: palomeras y que se puede saltar capítulos enteros y no se pierde nada; Pantera Negra es un mal paso en la franquicia.
Sobre todo Namor, que de ser un importante villano/antihéroe, convertirlo en "Ramón, el yucateco enojón", lo rebaja a patiño en una película secundona del universo de Marvel.
Mínimo le mantuvieron el aire de que es un mutante, el primero de Marvel clásico, pero lo hacen demasiado abiertamente asesino; su nombre viene de un cura moribundo que lo llama “eres un niño sin amor” (sin amor… namor), para luego matarlo a sangre fría… las “guerras justas” de Obama que viven en matrimonio con Disney felices para siempre.
Pero por más que lo justifican como “me obligaron a matar”, esa guerra contra Wakanda y los montajes climáticos, Dios santo… Malísimos.
La batalla entre tontitos que se ponen de pechito para que los maten (me dio risa ver a los talokaneños con sus bombas yucatecas de agua).
Y literalmente ¿Cuál era el plan?.
Bueno, un plan muy obvio eso de lanzarnos el gancho de Ironheart para verlo en Disney+, que anda demasiado obsesionado con llevar a la tele y streaming superheroínas hasta la saturación.
Pantera Negra: Wakanda por Siempre peca de tener el problema mayúsculo de la nueva fase de películas de Marvel: no tener presencia de héroes fuertes, líderes y presencia como lo eran Tony Stark y su Ironman, o Steve Rogers y su Capitán América.
Thor y Hulk ahora son “hazme reír” así que ni cuentan.
A resumidas cuentas, la película es una versión mezclada de Aquaman y Avatar e insisto, sin Chadwick Boseman, la opción debió ser no seguir con la franquicia.