¿Se fondean ilícitamente algunas campañas en NL?

Delito grave.

La pandemia afectó al proceso electoral en múltiples aspectos, pero no en el gasto ni el financiamiento público: sigue siendo excesivo y dispendioso.

El techo de gastos por candidato asciende en Nuevo León a $73 millones, una cifra que parecería exorbitante ante los ojos de cualquiera, de no ser porque en otras entidades federativas como el Estado de México el techo por aspirante es de $260 millones; cifras que dudo mucho se justifiquen sobre todo en estas épocas austeras, que deberían ser de modestia juarista.

Calculo que sólo para el día D, es decir, para este próximo 6 de junio, cada candidato tendría que gastar $260 millones en promoción y compra de voluntades, para movilizar votantes, inhibir el voto y hacer la operación en tierra con representantes de casilla.

En total, una campaña exitosa para gobernador tendría que gastar alrededor de $450 millones, bajita la mano y por debajo de la mesa, sin contar el gasto no reportado en redes sociales a través de bots y otras erogaciones en efectivo.

MORENA: $4,283 MILLONES

De ahí se entiende que este año partidos como Morena recibieran $4,283 millones, el doble de lo que recibió el PRI, solo como financiamiento federal, para gastos ordinarios y recursos de campaña.

Hice el cálculo siguiente: para las campañas políticas el aparato público estará gastando $56 millones diarios. Una aberrante millonada en un país de pobres.

Finalmente, una reflexión derivada de los rumores (a mi juicio infundados) de que pudiera renunciar un candidato a gobernador por litigios penales.

Déjenme hacer una digresión legal: el artículo 38 constitucional prescribe que los derechos políticos o “prerrogativas de los ciudadanos”, se pierden, entre otras causas, por estar sujetos a “un proceso criminal que merece una pena corporal, a contar desde la fecha del autor de formal prisión”.

O por estar prófugo de la justicia, desde que se dicte la orden de aprehensión hasta que prescriba la acción penal.

Como no ha ocurrido este escenario con ningún candidato en Nuevo León y por lo visto ya no ocurrirá durante el tiempo que dure la campaña (en mayo), estas dos condiciones no podrían darse, así que tampoco se fundamenta que un candidato vaya a retirarse de la contienda por atender problemas penales en su contra.

EL FONDEO EN EFECTIVO

Otro escenario que añado es que un candidato fondee su campaña con financiamiento privado ilegal.

Este escenario es aún más complicado de  detectar, fiscalizar y probar porque se maneja dinero en efectivo que no suele dejar rastro.

Aunque, claro está, si se descubre, puede acarrear la configuración de delitos graves como peculado, lavado de dinero, defraudación y evasión fiscal.

Dichos delitos se disfrazan simulando operaciones con empresas fantasmas o fachadas, como lo he denunciado en mis artículos.

1 de cada 15

Por cada peso que gasta y declara un candidato a gobernador de NL ante el órgano electoral, hay 15 más gastados en la más completa oscuridad.

Juzguen mis lectores estas reflexiones y voten con responsabilidad este próximo 6 de junio.
Eloy Garza

Es abogado, maestro en Letras por la UNAM y máster en Tecnologías de la Información por la Universidad Oberta de Cataluña. Escribe para diversos medios de comunicación.