Cuando el poder protege al crimen

En estos días se han abierto varios frentes que podríamos considerar el preludio del fin del Obradorato, y Adán Augusto López, el hermano del alma del expresidente, fue quien escribió la obertura. Morena, sus dirigentes y la Señora con A (así la llaman ahora Trump y su gabinete) no pueden negar lo que ya son hechos del dominio público, tanto los vínculos de Adán Augusto con el "Comandante H", como su conocimiento y complicidad directa en las operaciones ilícitas del cártel La Barredora, entre las que se cuentan el tráfico ilegal de migrantes, el tráfico de estupefacientes y la última modalidad de ingresos sucios de la secta, el huachicol. Es imposible que siendo el gobernador de Tabasco y habiendo colocado como secretario de seguridad al comandante H, Adán Augusto no supiera que "La Barredora" tenía las manos, o las armas, metidas en dichos negocios. Igualmente imposible es que el entonces presidente López Obrador no supiera lo que sucedía en su propio estado, gobernado por su cuate de toda la vida. A la Señora Claudia le quedan dos caminos, salvar su honra y servir al país o pasar a la historia como la títere del peor Presidente que ha tenido México.