“Cuánto pesa esta corona”
Al igual que el "Ricardo III" de la obra de William Shakespeare, que hizo todo para alcanzar el poder y luego tener que dejarlo con más pena que gloria, el gobernador saliente de NL, muy tarde lamenta su fallido intento de pasar a la historia.
Que triste posición la de un gobernador que ni siquiera tiene el consuelo de algún enemigo a la vista a quien culpar por su muy personal y gris gestión de un estado como Nuevo León.
Claro que existe el recurso de culpar al gobierno federal, pero los números lo desmentirían.
El insalvable Principio de Peter se dejó sentir con toda su fuerza en la persona de Rodríguez Calderón, buen alcalde, mal gobernador.
Fue tanto el desprecio que cultivó Medina a su alrededor que se convirtió en el antivalor y centro emblemático del discurso electoral de todos y en el más acendrado infantilismo, supuso el de a caballo que con eso bastaba hasta para ser presidente de la república.
Todos los años de experiencia y mañas aprendidas en el viejo PRI parece que no dejaron ningún residuo útil en la mente del independiente y de los miembros de su Club de Tobi, perdón, de su gabinete.
No solo hay que parecer muy rupturista y de avanzada como lo pretendió Rodríguez Calderón, sino tener imaginación que se traduzca en un esquema concreto de acciones, proyectos y programas listos para ejecución desde el primer día de gestión, caray, para eso son las campañas electorales, se diagnostica y diseña el plan de gobierno.
LA QUERÍA, LA TUVO, ERA SUYA Y LA DEJÓ IR
Resultaron ser como aquel jovencito que todo el tiempo gritaba que le dieran juego hasta que le tocó y simplemente dejaron ir su oportunidad.
En todas sus reuniones siempre fue el mismo proceso, de candidatos o de gobierno. “Que la sociedad nos diga y nosotros actuaremos, porque cambiaremos todo para después retirarnos a otra cosa”.
Pues bien, la sociedad habló, pero ellos estaban nublados por el confeti y las serpentinas de triunfo electoral, aunque resultase perdida neta para Nuevo León y nada cambio.
El ejemplo más palpable fue el transporte.
Su oferta increíble fue “acabar con las 8 familias” que según ellos controlaban el servicio con la simple estrategia de no ajustar los precios de ningún servicio, sea metro, autobús, taxis, etc.
LAS MOTONETAS INDIAS NUNCA LLEGARON
Hasta se trajeron la maravillosa idea de unas motonetas que resolverían de tajo el problema.
Conclusión: el servicio transporte desapareció y el metro está en ruinas.
Combatieron con todo el proyecto de traer agua del Rio Pánuco porque según sus cálculos ellos podrían resolverlo sin inversiones importantes el abasto de agua de los próximos 30 años.
Conclusión: no tenemos agua pero sí las tarifas más altas para ese servicio.
Capitalizó una atentado(¿?) que sufrió y que lo convirtió en el nuevo Cid Campeador defensor de Nuevo León.
Conclusión: la violencia está desbordada.
El recuento de daños ya quedó registrado como "pendientes" para la administración que le sucederá y él tratará de presentar su fracaso como éxito, pero los costos los tuvimos que pagar todos.
LE DIÓ EN LA MADRE A LA MARCA INDEPENDIENTE
Pero quizás uno de los mayores daños que han causado fue el de desgastar el concepto y confianza en las candidaturas independientes.
Ante la crisis ideológica y de innovación por la que atraviesan todos los partidos políticos, su candidatura independiente, fue un recurso crucial para diseñar toda su estrategia electoral, ahora ante los pobres resultados pasara mucho tiempo para que en la imagen colectiva vuelva a verse como respuesta viable nuestros problemas.
De nueva cuenta nuestro sistema democrático mostró uno de sus peores lados:
la excesiva concentración del poder en una sola figura sin control y pocas o nulas posibilidades de corregir el rumbo.