Debe el PAN disolver su matrimonio con el PRI

Carlos Arredondo Sibaja DETONA® Los partidos políticos son nidos de oportunistas y gavillas de vulgares ambiciosos. Los colores que portan son un pasaporte a los privilegios del poder y la ruta para amasar fortunas personales.
https://vimeo.com/1091496933
Nuevo PAN sale duro del horno.

La dirigencia nacional del PAN realizó un evento de “relanzamiento” de su instituto político: nuevo logo, nuevo lema… pero las mismas personas y, en esencia, las mismas ideas.

En teoría estamos viendo un “nuevo partido”, pero resulta difícil identificar la novedad, incluso en el “nuevo diseño” de su logotipo.

Aunque, visto el asunto un poco más de cerca, esta nueva versión del partido más antiguo del país parece más bien un rescate de sus orígenes, un “back to the basics”, un reencuentro con los principios del conservadurismo en el cual se amasó el primer PAN.

Así, lo anunciado el fin de semana anterior parece más una recuperación de la esencia histórica del panismo -patria, familia y libertad- y menos una metamorfosis merced a la cual dicho partido evolucione hacia la modernidad (la modernidad deseable, añadirían algunos).

De cualquier forma se trata de un ejercicio interesante si, como todo hace indicar, el esfuerzo tiene como propósito la vuelta de la ideología a su papel de centro de gravedad de la actividad partidista.

Porque si algo indeseable ha ocurrido con la vida política del país en los últimos lustros es justamente el extravío ideológico.

Los partidos, todos, se han convertido así en nidos de oportunistas, de gavillas de ambiciosos vulgares a quienes los colores con los cuales se vistan les importan poco, siempre y cuando portarlos constituya un pasaporte a los privilegios del poder y la ruta para amasar fortunas personales.

Puede parecer romántico el señalarlo e incluso ingenuo el plantear la necesidad de rescatar la ideología política en momentos en los cuales la frivolidad es la moneda de curso corriente; la sociedad entera se entrega cotidianamente a la realización de sacrificios en el altar de la irrelevancia y todo mundo persigue afanosamente la gratificación inmediata… sin importar el costo al cual esta se obtenga.

Pero será justamente la recuperación de la ideología política, como faro de la actividad pública, la única ruta para escapar de la realidad actual.

En ese sentido, sin duda el PAN ha dado un paso interesante en la dirección correcta.

Aún falta ver a dónde le conduce, desde luego, pero conceptualmente se trata de una buena idea.

Compartir los valores a cuya recuperación ha decidido dedicar sus afanes la dirigencia albiazul, conviene precisar, ya es otra cosa.

Personalmente no coincido con la inmensa mayoría de los postulados tradicionalmente ubicados a la derecha del espectro político y por ello me limito a señalar el acierto constituido por el hecho de al menos intentar la recuperación de la ideología.

Aristas

Un ingrediente obligado de la redefinición ideológica debería ser, sin lugar a dudas, el abandono de la política de alianzas puramente utilitarias cuyo único propósito era ganar elecciones -o al menos dar la batalla en las urnas- sin fijarse con quienes se caminaba al altar.

Nada diluye la esencia de un partido político -cualquier partido político- como aliarse con aquellos a quienes combatió largamente y a quienes señaló, sin descanso ni tregua, de incurrir en todos los vicios y cometer todos los pecados posibles.

Por ello, si el PAN desea recuperar su esencia no tiene alternativa: debe disolver el matrimonio pactado con el PRI, tal como se anunció y fue reiterado por parte del líder nacional de dicho partido en múltiples entrevistas posteriores al anuncio del sábado 18.

La nueva postura de su dirigencia nacional, por cierto, le ha sentado mal a algunos panismos comarcanos, entre ellos el neoleonés y el coahuilense.

La nueva postura de su dirigencia nacional, por cierto, le ha sentado mal a algunos panismos comarcanos, entre ellos el neoleonés y el coahuilense.

En el primero de los casos, a los liderazgos locales se les hace tarde para regresar a las mieles del poder público -porque con el Congreso no alcanza- y, como no han hecho nada para construir una plataforma propia, su única alternativa es adoptar al alcalde regiomontano Adrián de la Garza.

Todos sus esfuerzos de los próximos meses estarán orientados a convencer a su líder, Jorge Romero, de “hacer una excepción en Nuevo León”.

El segundo de los casos es aún más patético: a última fechas el PAN de Coahuila ha trasmutado en una suerte de “quinto sector” del tricolor pues, a partir de la alianza con la cual acompañaron el triunfo del priista Manolo Jiménez Salinas, han cumplido (algunos panistas) su sueño dorado: gobernar la entidad… aunque el verbo deba encerrarse entre muchas comillas.

Y aunque solamente han sido convidados a las migajas del banquete y su “alianza” con el PRI coahuilense no ha servido para incorporar ni un gramo de su ideología al gobierno, las figuras más conspicuas del panismo local se han trazado como objetivo prioritario de su agenda el “rescatar” la alianza a nivel local.

Los dos ejemplos citados solo demuestra cómo se ha diluido la ideología alguna vez defendida por el panismo y de allí la necesidad de rescatarla como brújula para reconstruirse… a ver si lo consiguen.

https://vimeo.com/1115590494
https://vimeo.com/1115590526
https://vimeo.com/1015118818
Carlos Alberto Arredondo Sibaja

Periodista con más de 35 años de experiencia en medios de comunicación impresos y electrónicos. Ingeniero Industrial y de Sistemas por la Universidad Autónoma de Coahuila y Licenciado en Derecho por la Universidad del Valle de México. Además, es máster en Administración y Alta Dirección por la Universidad Iberoamericana y tiene estudios concluidos de maestría en Derechos Humanos en la Facultad de Jurisprudencia de la UAdeC. Se ha desarrollado profesionalmente en el servicio público, la academia y el periodismo. Actualmente ers integrante de la Comisión de Selección del CPC, del Sistema Anticorrupción de Coahuila.