Dinero y la 4T
Lo gastan mal, ostentosamente en sus vidas personales; dispendiosamente en sus obras públicas.
Los políticos de la llamada 4T no saben tener dinero, ni como personas, ni como gobiernos.
Son un desastre con dinero.
Como personas, no saben ni cómo esconderlo ni cómo gastarlo.
Lo ocultan en sus declaraciones patrimoniales, pero lo ostentan en sus personas, en sus viajes, en sus ropas de marca y, estúpidamente, en sus relojes.
Desde luego no pueden explicar de dónde viene el dinero que gastan.
Ni el que gastan en ellos mismos, ni el que han gastado en casas y propiedades que se les aparecen cada día en zonas de lujo de México o del extranjero, o en paraísos fiscales de corrupta nombradía.
La verdad es que les gusta el dinero y lo usan con desparpajo.
Acusan un abultado síndrome de nuevos ricos.
Tienen dinero y lo gastan sin cuidado, sin rubor, con ostentación de nuevos ricos.
Nadie sabe de qué dinero vive el ex presidente López Obrador.
Ni de qué dinero viven sus hijos.
Pero es claro que sus modos de vida cuestan mucho dinero.
¿De dónde viene ese dinero, de qué viven el ex presidente y sus hijos?
No lo sabemos.
Pero no es un dinero de pobres, ni de doradas medianías.
Es un dinero grande que no puede explicarse cabalmente.
¿Cuánto le cuesta al gobierno el retiro de López Obrador en Palenque?
Le pregunto esto a la presidenta Sheinbaum.
No creo que pueda responder esta pregunta en su mañanera, aunque sabe la respuesta.
Porque la respuesta es escandalosa.
El retiro del ex presidente en Palenque le cuesta al gobierno, al pueblo de México, muchísimo dinero.
¿Cuánto? No sé cuánto.
Pero apostaría que más que las pensiones de ex presidentes que abolió.
¿Podría la Presidenta decirnos cuánto cuesta el retiro de López Obrador?
Creo que no. Sería escandaloso.
Como es escandalosa la relación de los políticos de la llamada 4T con el dinero que reboza de sus pulsiones de nuevos ricos.