¿Por qué las fake media y los bots se volverán plaga en la política regiomontana de cara al 2027?
Me refiero a que, de no prevenirnos, nos ahogaremos en un mar de cuentas falsas, bots y sitios web impostores que proliferarán con el patrocinio de recursos públicos; es decir, con nuestros impuestos.
Así de simple.
Tanta toxicidad es propia de varios alcaldes del Área Metropolitana de Monterrey y los diseñarán para golpear a políticos rivales y torcer la agenda electoral.
¿Algo de paranoia? Yo prefiero llamarlo realismo.
Se trata de una guerra digital que polarizará a los regiomontanos y, si no tomamos cartas en el asunto, erosionará la confianza ciudadana ya de por sí mermada en los políticos locales.
En el Área Metropolitana de Monterrey, el 80% de la gente tiene acceso a internet.
Leía hace días una encuesta en línea, aplicada a 800 personas, que arrojaba resultados interesantes: el 70% considera un problema grave las fakes news y los bots que se infiltran en redes sociales.
Sin embargo, caigamos en la cuenta de que esto empeorará, y el golpe real llegará durante la época electoral.
¿Por qué lo digo? En el proceso electoral para gobernador en 2021, las menciones de golpeteo en el entonces Twitter contra el actual gobernador, Samuel García, y otros rivales alcanzaron a 200,000 usuarios, pero solo 12,000 provenían de cuentas reales.
¿El resto? Bots con perfiles falsos, inflando tendencias y difamando con memes manipulados.
Este ecosistema tóxico no es mera improvisación.
En las elecciones más recientes —como las federales y locales en Nuevo León de 2024— deepfakes y listas “negras” inventadas congestionaron nuestro ancho de banda: una supuesta nómina de políticos corruptos, desmentida por verificadores, ya había infectado miles de timelines, sembrando pánico y desconfianza pareja.
Combatir esta plaga no será fácil en 2027.
Hará falta convencer a los lectores de que medios como este son su mejor opción, y habrá que exigir alfabetización digital masiva, verificación implacable por medios independientes, y regulaciones que obliguen a plataformas como X a transparentar bots.
¿Vamos a regalar la voluntad popular a sombras pagadas por políticos chapuceros?
Espero que no.