El agua, un tema básico
Las lluvias de las últimas semanas nos han dejado dos realidades que se contradicen y nos afectan a todos.
Por un lado, la escasez y los cortes en el suministro, que cada año se vuelven más preocupantes; y por otro, las inundaciones que colapsan nuestras avenidas, dañando vidas y hogares.
Hoy somos más población, consumimos más agua, falta infraestructura y faltan zonas de absorción para el subsuelo.
Vamos a seguir con problemas de abasto porque tenemos un serio problema en la red de distribución. Además, van a seguir las inundaciones porque no hay nuevo drenaje.
¿Y si no llueve? Ya lo vivimos en 2022, con un desabasto histórico que nadie en Nuevo León olvida: presas vacías, familias desesperadas y colonias enteras sin agua.
Y lo peor es que esa crisis se puede repetir en 2026, que está a la vuelta de la esquina, y en los próximos años, porque se pronostican años con menos precipitaciones, más crecimiento poblacional y un consumo muy por encima de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud.
Además, la infraestructura de agua y drenaje en Nuevo León no se ha modernizado desde hace más de 35 años, se necesita invertir en una red de distribución eficiente que no tenga fugas y deje de perderse cerca del 40% de agua, como sucede ahora.
Se necesita conocimiento, capacidad de ejecución, dirección y estudios para invertir en la infraestructura maestra: tuberías, drenajes, plantas de tratamiento, captación de agua de lluvia y conducción entre municipios.
Debemos resolver los problemas de hoy y adelantarnos a planear el futuro.