El retorno del caudillo
Esta práctica, más que un acto de humildad, era un ejercicio de respeto institucional hacia el nuevo titular del Ejecutivo y una señal de que el poder había transitado por completo.
Sin embargo, para Andrés Manuel López Obrador, esa regla parece no aplicar.
El pasado domingo, bajo la excusa de presentar su nuevo libro, “Grandeza”, que más que una historia sobre pueblos originarios parece una pieza para realzar las culturas mesoamericanas, el expresidente rompió con esa tradición.
No obstante, en los 49 minutos del video promocional, las reflexiones sobre su obra fueron escasas; la mayor parte del tiempo la dedicó a reafirmar su liderazgo sobre el movimiento de la autodenominada Cuarta Transformación.
No fue casualidad que el video se difundiera un día antes de que se cumplieran 7 años de su llegada a la presidencia, ni que amenazara con regresar a la política si fuera necesario para defender a la democracia, a la Presidenta y al país de un hipotético golpe de estado.
Aunque la Presidenta Sheinbaum se apresuró a contestar que ninguno de los tres escenarios existe en el México actual, la realidad es que el movimiento 4T ha generado serias afectaciones a nuestro sistema democrático, evidenciadas en el desmantelamiento de contrapesos en los otros dos poderes y la desaparición de órganos constitucionales autónomos.
El riesgo real no es un golpe de estado externo, sino la erosión institucional interna promovida durante su mandato.
La amenaza de un golpe de estado sólo existe en la imaginación del expresidente, pero al salir a "defender" a la Presidenta, AMLO la declara tácitamente débil.
Esto sugiere que el verdadero centro de poder de la 4T no reside en Palacio Nacional, sino en el rancho de Palenque, Chiapas.
Una prueba de este poder podría ser la supuesta operación detrás de la salida de Gertz Manero de la Fiscalía General de la República quien habría investigado a los hijos del expresidente por presunto huachicol fiscal o a su amigo Adán Augusto por supuestos vínculos con el crimen organizado.
En síntesis, el video de AMLO es una falta de respeto a la investidura presidencial de Claudia Sheinbaum (a la que él mismo apelaba continuamente) y una advertencia de que, al más puro estilo del Maximato, podría buscar ejercer un poder tras bambalinas, poniendo en riesgo la autonomía de la nueva administración.
