Siete Puntos

¡En la cara no!

Paco Gómez DETONA: Es tanta la impotencia de las poblaciones, en especial las rurales, que ya tiraron la toalla con el tema de la violencia...
1. 

Un galán de telenovelas fue atacado por un enemigo de amores, más robusto y experto en artes marciales.

Ante la inminente agresión, y aceptando la embestida contra su cuerpo, solo pudo advertir: “¡en la cara no, por favor!”. 

Lo mismo seguidores que rivales, lo tundieron en las redes sociales: era un vanidoso narcisista que solo cuidaba su rostro, un “carita” que no quería ser desfigurado. 

En realidad, buscaba defender la principal herramienta laboral que poseía -no se distinguía por su inteligencia o histrionismo-.

Ante la fatalidad, entonces, el mal menor, y a seguir trabajando con su rostro.

2. 

Algo semejante está sucediendo en cada vez más municipios de nuestro país.

Si bien la actual escalada de violencia comienza en 2006, con el inicio de la guerra contra el narco, en el actual sexenio se ha disparado.

Estamos ante cogobiernos delincuenciales, en donde las policías locales o no pueden frente al poderoso armamento de los infractores o están coludidas con ellos.

Las víctimas no solo defienden en ocasiones a los transgresores de la ley, pues les dan todo tipo de donativos, sino que han llegado al extremo de dirigirse de manera directa y suplicante no al ejército, sino a los meros capos.

3. 

Mujeres integrantes de la comunidad indígena wixárika, de Jalisco, le enviaron un mensaje al líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Nemesio Oceguera Cervantes, alias El Mencho, para pedirle que retire de la zona al cabecilla de ese grupo criminal.

Las víctimas de extorsiones, cobros de piso, secuestros y asesinatos, etc., piden con respeto a los jefes de los cárteles que pongan orden, que les cambien a quien controla la zona y es despiadado, que sigan con su delincuencial vida, pero que tengan un poco de compasión, que la desolación continúe, pero con proporciones adecuadas.

4. 

Por su parte, Delia Icela Quiroa Flores Valdez, activista defensora de Derechos Humanos y portavoz del Colectivo Nacional de Víctimas Diez de Marzo, y Unión de Colectivos de Madres Buscadoras en Tamaulipas, no pide justicia, sino misericordia.

Acaba de difundir un mensaje público a los principales cárteles del narcotráfico en el país, para proponerles un acuerdo de paz y erradicación de la desaparición forzada de personas.

Más aún, se mostró comprensiva, y aseguró que la mayoría de los narcotraficantes se meten al negocio por la falta de oportunidades que les impide salir adelante.
5. 

Es tanta la impotencia de las poblaciones, en especial las rurales, que ya tiraron la toalla.

Pero, a diferencia del boxeo, en donde tal gesto significa aceptar la derrota y suspender la pelea para que no continúe la masacre, aquí lo que se suplica es una disminución en la fuerza del ataque, comprensión para quien ya no se va a defender, indulgencia ante el dolor de sus afectados, en el entendido de que las cosas no van a cambiar.

La capitulación del Estado, su incapacidad o complicidad para combatir al crimen organizado, ha generado un fatalismo destructivo de la paz, del trabajo honesto, de la vida.
6. 

Pero no podemos asumir como normal algo que es deleznable en sí mismo. 

El tema de la inseguridad tiene que estar en el primer lugar de la agenda para las próximas campañas, con las implicaciones derivadas de él: trabajo, sobre todo en las zonas campesinas; educación respetuosa de usos y costumbres locales, pero también de los avances científicos y tecnológicos internacionales; y, en primerísimo lugar, una discusión nacional, con la participación de especialistas interdisciplinares, sobre la legalización de la droga.

De esto nos tendrán que hablar en las próximas campañas electorales. Veremos.

7. 

Cierre icónico. 

Salir a correr en esta ciudad se ha tornado sumamente peligroso.

Y no por un posible resbalón, a causa de los charcos surgidos por las benéficas lluvias de los últimos días, sino por la asfixiante contaminación que padecemos. 

Eso es lo de menos.

Las enfermedades respiratorias se han disparado exponencialmente.

Pero, claro: no hay que ir hasta las últimas consecuencias con la denuncia en contra de la refinería de Cadereyta, ni de algunas empresas.

No vaya a ser que se molesten los dueños de éstas y, Dios no lo permita, quien mantiene vivo a PEMEX no obstante su ineficacia.

Padre Paco

El sacerdote José Francisco Gómez Hinojosa (Monterrey, México, 1952) es el actual Vicario General de la Arquidiócesis de Monterrey. Es diplomado en Teología y Ciencias Sociales por el Departamento Ecuménico de Investigaciones de San José, Costa Rica, y doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Ha sido profesor en el Seminario de Monterrey, en la UDEM, el ITESM, la Universidad Pontificia de México, el Teologado Franciscano, el EGAP (Monterrey) y la Universidad Iberoamericana (Centro de Extensión Monterrey).