Exterminar a la oposición
López Obrador quiere imitar al “Chacal”, al general Victoriano Huerta que disolvió el Congreso y mandó encarcelar a los diputados y senadores por considerarlos enemigos del Poder Ejecutivo.
Al igual que Huerta, AMLO los acusa de ser traidores a la patria y de ser un obstáculo para su gobierno. Quiere eliminar a los diputados opositores por haber votado en contra de la reforma eléctrica y echado a perder su proyecto totalitario.
Quiere utilizar el delito de traición a la patria para llevar a juicio a toda la oposición y quedarse con un Congreso constituido exclusivamente por diputados y senadores de Morena.
Busca exterminar a la oposición, llevar a cabo una purga, una “limpieza política” para instaurar una dictadura legislativa que le permita gobernar sin obstáculos y ataduras.
López está tratando de recuperar mediante un fraude a la Constitución las curules que su partido perdió en la elección de 2021, cuando PAN-PRI-PRD y MC le quitaron a Morena la mayoría calificada.
Derrota que le impidió hace realidad su sueño dorado: disolver la Constitución y redactar otra que le permitiera reelegirse.
Tener dos cámaras legislativas a su servicio para poder aprobar la reforma eléctrica, la electoral y otras orientadas a consolidar un régimen centrado en el poder de un solo hombre.
Cuando Mario Delgado, dirigente de Morena, dijo que se instalaría un “tendedero de la traición” para colgar ahí las fotografías de los diputados de oposición que serían denunciados penalmente, dejó ver que el gobierno pretende dar un golpe de Estado al Congreso y a la división de poderes.
Ignacio Mier, el coordinador del grupo parlamentario de Morena en San Lázaro, también participó en el “obradorazo”. Pidió que los diputados fueran “fusilados pacíficamente”. Es decir, que fueran exterminados por pensar y votar en contra de la imposición presidencial.
Es la forma como el dictador reacciona ante dos contundentes derrotas.
La consulta de Revocación de Mandato y la Reforma Eléctrica son dos fracasos que provocaron una herida mortal en el narcisismo del hombre todopoderoso que busca vengarse de quienes le recordaron sus limitaciones.
Al saber que ya no tiene los votos para que su partido gane el 24, pretende encarcelar a sus opositores –con el argumento de que son traidores a la patria– para desacreditarlos, sacarlos de la contienda y que su partido sea el único aspirante legítimo a la presidencia de la República.
La Reforma Electoral que acaba de anunciar tiene el mismo objetivo: adueñarse del órgano electoral y reducir a la mínima expresión la presencia de las minorías opositoras.
Bajar del 40 al 33% la participación ciudadana en la Revocación de Mandato para poder desestabilizar al próximo gobierno porque sabe que su partido puede perder.
Es usted un gran perverso, señor presidente.
No hay duda de que se siente humillado por fracasos que usted mismo cultivó. Lo que hace, no lo emparenta a Juárez. Lo hace idéntico a Huerta, al “carnicero” que ordenó asesinar al senador Belisario Domínguez por denunciar los excesos de su dictadura.
Utilizar a la patria como pretexto para acabar con la vida institucional del país sólo tiene sentido en el fascismo. Usted recurre a la patria para acusar, amedrentar y reprimir a la oposición. Quien sabe si después también para asesinar a sus adversarios.