¿Haciendo o deshaciendo comunidades?

¿De dónde sacan que este pedazo de ambiente árido puede soportar 10 millones de homo sapiens modernos?.

Qué bueno que se está buscando asegurar el abasto de agua hasta el 2050, momento en el que se espera atender los servicios de 10 millones de habitantes; qué malo que no sabemos a que comunidad se refieren.

Si es la de los desarrolladores que sembrarán filas y filas de mini casitas hasta el municipio de Sabinas, seguro estarán encantados y resueltos a empezar cuanto antes. Pero si es la de esos desventurados 10 millones de habitantes en este desierto, no creo que estén enterados y sepan en qué comunidad estarán afanando por su vida...

¿De dónde sacan que este pedazo de ambiente árido puede soportar 10 millones de homo sapiens modernos?

Es tan a la vista que la psique de los moradores de estas tierras ha evolucionado y no precisamente para bien; que asusta nada más de pensar que ese crecimiento que planean impulsar ocurrirá, sin que exista un consejo o institución ejecutiva que de alguna manera determine y supervise las políticas de población para que nuestra comunidad logre y mantenga un perfil mínimo deseado de rasgos humanitarios básicos en su expansión.

Por supuesto que no se trata de radicalizar ningún tipo de patriarcado, pero tampoco agudizar “el dejar hacer” que hasta ahora nos abandona nada más mirando los desastres en la calidad, la certidumbre, y la seguridad de vida que ya azotan por igual a todos los sectores generacionales que habitamos por aquí.

De aquellas comunidades que se sostenían en un profundo sentido familiar patriarcal, evolucionamos por imitación, hasta modalidades de vida que no construyen comunidades, cuando mucho comunas aisladas, formadas por contemporáneos de la modernidad, esa que no echa raíces sino que viven en un mundo etéreo cada vez más alejado de la realidad y sus problemas implícitos que al verse desatendidos, se complican siempre.

De comunidades con una oferta de plan de vida y carrera con pocos elementos, como el estudio, trabajo, familia, frugalidad y ahorro, así como valores para la cohesión social también sencillos como Dios, Patria y Hogar, ahora se trata que cada quien construya su universo donde todo sea satisfactorio aunque el mundo alrededor se esté auto destruyendo y desintegrando en la realidad, peor nadie parece querer darse cuenta.

Nos parece monstruoso lo que ocurre en Ucrania y la terrible muerte de más de miles de jóvenes que a diario apuestan y pierden su futuro en uso de sus libertades, las mismas que ahora son absueltas de todo patriarcado y por tanto, muy evolucionarias en el sentido del modernismo decadente que tanto defiende, pero que en el fondo altamente regresivo.

El materialismo consumista ha obligado a que las parejas, sean familia procreadora o no, ahora tengan que trabajar para no salirse de la competencia por el tener, cosa que ahora cuesta la vida entera no dejando espacio para educar hijos, sino para educar a los adultos en la renovación de valores que no cambiarán porque se haga una simple manifestación de minorías siempre insatisfechas.

Para enredar más las cosas y dificultar más el futuro, el propio estado busca ideologizar más aun a las generaciones de estudiantes en búsqueda de profundizar la complejidad por lo incomprensible para adjudicar las raíces de todos los problemas al maniqueísmo que suene abyecto. Claro que ideología sin análisis critico es evitar toda intención evolucionaria concreta que pueda lanzarse desde la sociedad.

Poco a poco van desapareciendo todas las ventajas que obtuvimos al dejar nuestro ancestral nomadismo para convertirnos en comunidades adaptativas y bien cohesionadas, capaces de fijar cursos de acción plausibles y resolver los obstáculos que debían enfrentarse, a cambio de una deshumanización aceptada con docilidad gracias a los distractores informativos nacidos de la tecnología computacional.

¿Diez millones de enajenados metidos en un espacio que no los puede sostener con calidad de vida es hacer comunidad?
¿De quá parte de la improvisada y circunstancial clase política actual emanará el talento que habrá de gestionar y conducir tal engendro de comunidad?

Si nos detenemos aunque sea tantito en los ordenes de magnitud, nos daremos cuenta de que nadie está pensando en alguna versión seria y plausible de organización humana que se llame comunidad.   

Vivimos en el contexto de una gran mentira, pues el largo plazo ya se nos vino encima, pero nuestro “falso orgullo regio” nos induce a sobreestimar nuestras posibilidades como red social, eso sin tomar en consideración que el año, tomado como reto el 2050, será un punto de quiebre para la humanidad entera en todos los ordenes: agua, energía, alimentos, contaminación, economía, etc...

...del que surgirá un mundo en involución que ni siquiera nos podemos o queremos imaginar.

Carlos Chavarría

Ingeniero químico e ingeniero industrial, co-autor del libro "Transporte Metropolitano deMonterrey, Análisis y Solución de un Viejo Problema", con maestría en Ingeniería Industrial y diplomado en Administración de Medios de Transporte.