La genialidad de Roberto Gómez Bolaños
Dicha genialidad consiste en analizar que tanto en todos sus programas tanto de radio, como en los de televisión, y en todos sus programas de radio, en sus películas y en sus obras de teatro, nunca repitió una broma que fuera ser recordada o verificada, produjo 290 episodios de “El Chavo del 8”, 155 episodios de “El Chapulín colorado”, y decenas más de otros personajes como “Los caquitos”, “Los supergenios”, o “Los chiflados”, aunque en éste último apareció con un bigote simulando al que utilizaron Hitler o Chaplin, lo cual no debió haber ocurrido por la trascendencia del primero en la moral universal.
También la producción de su obra de teatro “Once y Doce”, la que tuve oportunidad de presenciar en el teatro libanés, no presentaba ninguna broma de la cual pudiera alguien recordar de todas sus producciones.
Esta genialidad impregnada con una creatividad única es la que se debería recordar y admirar de Roberto Gómez Bolaños, y olvidar las críticas insanas que se hacen por los supuestos despidos de Carlos Villagrán (Kiko) o de María Antonieta de las Nieves (LA Chilindrina), o su supuesta presentación ante personas dedicadas al entendible narcotráfico que existe más que por sí mismo por la demanda del mismo.
De lo más destacado de la genialidad descrita de Roberto Gómez Bolaños, es que cualquier persona promedio de más de 6 años de edad siempre conseguía reírse al ver cualquiera de las producciones de Roberto Gómez Bolaños, cualidad muy singular y escasa en la humanidad, de la talla de Cantinflas, “El Loco Valdés” y Luis de Alba, por mencionar algunos de los comediantes de más alto nivel de nuestra patria, aunque vale la pena recalcar que Roberto Gómez Bolaños además de actor era productor y creador.
Finalmente, también resulta muy interesante analizar que muchas frasees de Roberto Gómez Bolaños tienen trascendencia política y de manejo de masas, al nivel de Maquiavelo o Elías Caneti, incluyendo: “Fue sin querer queriendo” y “Se me chispoteó” del Chavo del 8, y “No contaban con mi astucia” y “Todos mis movimientos están fríamente calculados” del Chapulín colorado.