La mano floja del futbol mexicano

Veinticuatro horas después de lo acontecido en Querétaro, la Liga MX anunció medidas muy laxas para la magnitud de la tragedia.
A grandes males, grandes remedios... menos en el futbol mexicano.

Veinticuatro horas después de la barbarie en el estadio La Corregidora de Querétaro, Mikel Arriola (ex director director general del IMSS y ex candidato del PRI a la gubernatura de la CDMX), sólo se limitó a anunciar que no se permitirán las “barras” o porras visitantes en los estadios de México.

El detalle es que dicha medida ya se había anunciado en dos episodios similares que quedaron en el olvido debido a la pandemia:

El enfrentamiento entre aficionados de Tigres y Rayados que dejó a un fanático de los felinos casi muerto sobre la Ave. Aztlán de Monterrey (septiembre 2018) y otra trifulca de los seguidores de los Gallos contra los de San Luis en el estadio Alfonso Lastras de la capital potosina (octubre 2019).

De la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA)… mejor ni hablamos.

Tan sólo se limitó a decir que “son actos inaceptables e intolerables”, sin precisar si habrá una sanción como órgano rector del futbol mundial a diferencia de la decisión que tomó de suspender la participación de las selecciones rusas de futbol, de manera indefinida, debido al conflicto bélico con Ucrania.

Decenas de episodios violentos han sucedido en México del año 2000 a la fecha sin que haya habido un castigo ejemplar para todo el futbol nacional, ni de dirigentes deportivos ni autoridades de gubernamentales como sí lo hubo en el Reino Unido de Margaret Thatcher a fines de las década de los 80.

LOS HOOLIGANS

La considerada “Dama de Hierro” le puso fin a los salvajes hooligans (el equivalente a los barras bravas de Latinoamérica) tras la Tragedia de Hillsborough, el 15 de abril de 1989, cuando 96 aficionados del Liverpool perdieron la vida en Inglaterra a consecuencia de una avalancha humana propiciada por energúmenos disfrazados de simpatizantes.

A partir de ese episodio, la primera ministra ordenó la elaboración de un reporte conocido como “Informe Taylor”, en el que se dictaminaron una serie de medidas para garantizar la seguridad en los estadios de Inglaterra y el Reino Unido, entre las que destacaron la colocación de cámaras de vigilancia y la implementación de butacas en la totalidad del aforo de los inmuebles.

Pero no sólo eso, también castigos severos que se recuerdan como la erradicación total de los hooligans o aficionados violentos, a quienes no los dejaron entrar nunca más a los estadios, además de la sanción a todos los clubes de Inglaterra prohibiéndoles participar en torneos internacionales por 5 años.

Esas medidas marcaron un precedente en la realización de espectáculos deportivos en la cuna del futbol mundial y fueron las causantes de que hoy se le considere al campeonato inglés como el de mayor calidad en el planeta.

En México, en cambio, nos tendremos que conformar con la ausencia de las porras visitantes y una posible desafiliación del Club Querétaro de la competencia, pero sin aplicar un correctivo o “jalón de orejas” que involucre a todos.

A diferencia de las políticas de “La Dama de Hierro”, la mano floja seguirá imperando entre directivos de futbol y gobernantes mexicanos para no trastocar los intereses.
Juan Reyna Loa

Periodista deportivo desde hace 12 años. Ha sido reportero y comentarista en radio, además de editor de medios impresos y digitales en Monterrey.