La violencia y la Agenda Nacional de Paz (II)
La Agenda Nacional de Paz afirma que la reducción de la violencia y la crueldad debe ser prioridad, mediante acciones desde lo local.
La semana pasada reseñé el diagnóstico de la Agenda Nacional de Paz. Hoy analizo su visión de futuro y propuestas.
La reducción de la crueldad y la violencia se vincula con la reconstrucción de los lazos de confianza y solidaridad en la familia, la comunidad y las instituciones.
La confianza es fundamento de sociedades estables y solidarias. La Agenda destaca que las mujeres y los jóvenes deben de tener un rol central y añade:
Para lograrlo la Agenda enfatiza el diálogo y la necesidad de escucharnos, en contraste a la polarización propiciada desde las élites.
También la importancia de procesos de sanación, incluyendo asistencia psicológica a personas y comunidades afectadas por la violencia, así como servicios médicos y legales que impidan la revictimización y repetición de actos violentos.
Los centros de apoyo y refugio para las víctimas son fundamentales.
Propone una mayor y mejor coordinación interinstitucional para recuperar la confianza en las instituciones de seguridad y procuración de justicia.
La Agenda insiste en capacitar y dignificar a las policías locales. La Guardia Nacional no sustituye a las policías municipales y estatales.
Exige el fortalecimiento de la Comisión de Búsqueda de Personas Desaparecidas y la corresponsabilidad de todos en dicha búsqueda. Afirma:
La Agenda propone un rediseño del sistema judicial, en particular de las fiscalías y la instrumentación de una justicia restaurativa, es decir de reparación del daño.
Al enfatizar la acción desde lo local, sugiere se impulsen mecanismos de mediación y solución de conflictos, previos a procesos judiciales.
A pesar de que algunos participantes en los diálogos por la paz consideran que las propuestas de la Agenda Nacional debieron haber sido más radicales, me parece mejor resaltar los avances.
Transitar de una cultura de violencia a una de cuidado, va a implicar un esfuerzo considerable de personas y sociedad, y también de las instituciones, poco proclives a ello.
Recuperar el valor de la vida y la dignidad humanas no será fácil.
Los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad.
Hago mía la propuesta esencial de la Agenda:
Para lograr la paz se requiere reconstruir el tejido social, justicia y seguridad.
Hay que empezar a hacerlo ya.