Por cierto...

Norestenses que cambiaron la Historia

Madero un demócrata, Reyes un militar férreo, sus vidas se entrelazaron a tal grado que el México del siglo XX inicia con el siguiente desencuentro.

Francisco I. Madero y Bernardo Reyes, dos norestenses quienes en su interacción cambiaron la historia de México, la vida y muerte de ambos está vinculada a sus diferencias políticas.

Madero:

Coahuilense vinculado a Nuevo León, formado parcialmente y apoyado por los grupos de poder en Monterrey, logra el relevo generacional y político frente al unipersonal Porfirio Díaz.

Reyes:

Tapatío quien en su trayectoria por Nuevo León, logra las páginas de la historia que lo inmortalizan. Llega a Monterrey en 1885 mandado como jefe de operaciones militares por Díaz y termina su estancia como gobernador de la entidad.

Bernardo Reyes es considerado el gobernador quien transforma económica y socialmente a la entidad y sobre todo a Monterrey, de personalidad recia es reconocido por su obra de infraestructura, destacando el actual palacio de gobierno elaborado con cantera rosa traída desde San Luis Potosí y trabajada por cantereros potosinos a quienes se les aloja al lado sur del río Santa Catarina.

Llega a general por los trabajos realizados. Siendo de los más jóvenes en el círculo cercano a Díaz, se gana la animadversión de la cúpula porfirista capitalina quienes aspiraban al relevo presidencial ante la eventual salida del dictador.

Por momentos abrazó la aspiración de suceder a su padrino político, sin embargo, las grillas palaciegas lograron que cayera de su gracia, quien en 1904 reforma la Constitución para lograr la que sería su última reelección, ésta por seis años y con la reactivación de la figura del vicepresidente.

Esta reforma hizo que muchos aspiraran a la vicepresidencia como el peldaño para arribar a la presidencia, sin embargo, al perder las simpatías en palacio nacional, Reyes termina desterrado en 1909 con comisión militar para estudiar los procesos de reclutamiento.

Sus enemigos habían triunfado frente al fuerte general, el camino de Madero se allanaba y algunos reyistas se sumarían a los clubes antirreeleccionistas del coahuilense.

Madero hace una campaña por tierra donde logra que sus preceptos democráticos de sufragio efectivo y no reelección se explicaran hasta al más humilde campesino. Eran los capataces letrados quienes les juntaban para mostrar las bondades del maderismo.

Es arrestado en San Luis, de ahí sale a Monterrey y Laredo de donde pasa a EUA y desde ahí lanza su plan de San Luis en el que convoca a la revolución de 1910.

La revolución maderista tuvo tal éxito que Díaz renuncia el 25 de mayo de 1911 a la presidencia. Queda Francisco León de la Barra como interino con pésimos resultados para Madero quien asume la presidencia el 6 de noviembre de ese año.

La vida de Madero y Reyes intensificará sus desencuentros durante la presidencia del demócrata, el otrora gobernador de Nuevo León no pudo soportar verse superado e hizo lo necesario para derrumbar al llamado “Apóstol de la democracia”.

La rivalidad termina el 9 de febrero de 1913 cuando muere Reyes en el intento de golpe de Estado que dio a Madero; éste también morirá asesinado el 22 del mismo mes en la conspiración que deja a Victoriano Huerta como usurpador.

La historia de México cambia a partir de estos sucesos, la efímera paz tardará en alcanzarse y fue con la muerte de Venustiano Carranza el 21 de mayo de 1920 cuando podemos establecer la culminación de la revolución armada con carácter de nacional.

Madero un demócrata, Reyes un militar férreo, sus vidas se entrelazaron a tal grado que el México del siglo XX inicia con ese desencuentro el cual será analizado el 25 de mayo en el museo de Historia Mexicana en el ciclo “La Historia a debate”.
Óscar Tamez

Expresidente de la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística. Ganador del “Premio Estatal de Periodismo 2008” al mejor editorialista del año; de la “Medalla Israel Cavazos Garza” a la investigación histórica. Desde hace 23 años es periodista, locutor, catedrático de varias universidades,  consultor político e investigador histórico. Miembro del Consejo Consultivo Externo de la Facultad de Comunicación de la UANL.