¿Aspirantes a cargos públicos en NL que pasan la charola para 2027?
“Y si existiera duda o señalamiento, que sea la autoridad, sustentada en pruebas, quien resuelva y determine su responsabilidad", amenazó Luisa María Alcalde, presidenta nacional de Morena.
Sin embargo, habrá que ampliar esa advertencia —o amenaza— a los aspirantes a cargos de elección popular por otro partido que aparecerán en la boleta en alianza con los morenistas.
Porque trasciende que algunos aspirantes de Nuevo León han comenzado a sobornar (o “pasar la charola”, como se dice eufemísticamente en el argot de la política mexicana) a empresarios o comerciantes prósperos regiomontanos, con la cantaleta de que dichos solicitantes de dinero a fondo perdido serán los ungidos para el proceso electoral de 2027.
Y, ante el temor de delatar a sus chantajistas por posibles vendettas futuras —cuando el extorsionador eventualmente llegue al poder local—, estos empresarios prefieren ceder a quien hoy se atreve a torcerles el brazo.
El punto es que se presume que los pasos de estos políticos de mano larga ya están siendo rastreados por los sistemas de inteligencia del gobierno federal, e incluso por agencias de EUA, por motivos de seguridad nacional y presunto lavado de dinero (en otro artículo abordaré las técnicas que usan esas agencias, según el exagente de la CIA John Kiriakou).
Manuel Bartlett fue llamado a cuentas hace unos días a Palacio Nacional; Ricardo Monreal no se presentó ayer al Consejo Nacional de su partido, y algunos morenistas de Nuevo León —o compañeros de ruta— ya están en la mira de las autoridades.
Hace apenas unos meses, el senador Adán Augusto López repitió el viejo adagio de que “la justicia camina lento, pero cuando llega es implacable”.