Aullido
Por tierras norestense, cuando uno agarra monte y la profundidad de la falta de luz, manifestada en la presencia de la oscuridad, es tan intensa, terrible, amenazante y ominosa, que ni las estrellas o la luna, ni la más mínima luz se alcanzan a visualizar o se puedan ver.
La súbita presencia en sonido estéreo y amplificado de un aullido, digamos de un lobo, un coyote, un perro o la llorona de tan triste memoria (la de la leyenda, no la de la canción), o de Doña Tilita una señorita de avanzada edad que se salía en las noches muy negras por allá por San Nicolás de los Garza a aullar en medio de la oscuridad de una forma tan intensa y tan animal, que se te caen, sí, se te caen los calzones literal aunque los traigas bien amarrados con un mecate de tendedero.
Un aullido es la expresión emitida oral y sonoramente aguda de un sonido de territorialidad instintivo, defensivo, de comunicación u orientación, un acto primitivo, animalesco, agresivo y amenazante que te va a obligar a luchar o huir (un equivalente al "que me ves puto" proferido de un borrachito a otro en cualquier cantina de la indepe, la termini o la moderna en sus buenos tiempos [colonias populares, de mucha alcurnia, prosapia, nobleza y alto linaje de Monterrey).
Un aullido tiene muchas similitudes con la conducta humana o social de nuestros tiempos lo que conlleva a una reacción muy actual conocida como situación de estrés emocional, lo que a su vez da lugar a la presencia de otras reacciones muy humanas.
El fenómeno de lucha y/o fuga, es la respuesta orgánica a una amenaza objetiva o subjetiva que, le permite a un ser vivo, prepararse para enfrentar la amenaza, a través de una respuesta ancestral de aprendizaje, que permite a su vez al cerebro, mediante una respuesta fisiológica automática y autónoma, que se inicia en la amígdala cerebral y, despierta una respuesta endocrina de producción hormonal principalmente adrenalina y cortisol.
Cuyos niveles elevados en sangre, van a producir aumento de la presión arterial, la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria, se eleva la temperatura (te calientas, dice la raza) tensando al cuerpo para la acción física de tirar guantadas o correrle como venados, conejos o gacelas.
¿Y? Se preguntaran sabiamente, Ustedes mis poco abundantes lectores, pues que las reacciones que les acabo de describir y mencionar ante un aullido son las mismas reacciones que se presentan ante una experiencia poco agradable, ya sea un examen súbito, hablar en público cuando no nos gusta, cuando nos echan el reflector, la cámara o el micrófono y no nos gusta, enfrentar una regañada, o una experiencia desagradable de ridiculez en público
Sin embargo, existen elementos de la sociedad (los políticos), escasos por cierto y de buenas, que pueden y son capaces de tolerar, aullidos, mentadas y demás , y que cuando se trata de pelear, arman guerras, revoluciones, asonadas, levantamientos, se roban elecciones municipales, estatales, federales.
Tomas de nota y cuando se trata de huir se van a Canadá, España, Irlanda o Israel y los tenemos bien alimentados, nutridos, divertidos, disfrutando de una vida cual no hay dos, viendo donde aúllan las descendientes de las habitantes de los lupanares del antiguo imperio romano en Hercolano, Pompeya o Roma para agarrar la jarra con ellas.
