Opinión

Claudia en el G7 y México en ninguna parte

Por: Aminadab Pérez Franco, miembro del Consejo Plumas Azules.
https://vimeo.com/1091444957

La presidenta de México acudió a la reunión del G7 que se desarrolla en Canadá, atendiendo la invitación del primer ministro de ese país, Mark Carney, y donde sostendrá un encuentro directo con el presidente norteamericano Donald Trump, que se dará en condiciones políticas y diplomáticas nada favorables.

Participar en un foro internacional que reúne a las principales potencias económicas del mundo, debería ser una oportunidad inmejorable para que un país emergente como el nuestro obtuviera beneficios tangibles, como atraer inversiones, mejorar sus relaciones comerciales y diplomáticas, además de colocarse como una alternativa en el concierto internacional; pero no, ello no ocurrirá porque la 4T ha desvinculado a México de la vanguardia mundial del desarrollo.

México no acude a la reunión del G7 como una nación emergente sino como un país estancado, sin crecimiento económico, con una delincuencia y violencia crecientes, y sometido a un poder demagógico y concentrado que está cada vez más lejos de la estabilidad, el Estado de derecho, la certidumbre y la avanzada mundial en todos los órdenes.

La presidenta Claudia Sheinbaum carga no solo con la pesada losa de un régimen lejano a la democracia y la prosperidad, sino también, sin respuestas a la agenda Trumpista de parar la migración, combatir el narcotráfico y subordinar nuestra economía a las pretensiones hegemónicas de hacer crecer su economía a costa del mundo.

No solo eso, fue la propia mandataria quién se debilitó aún más al sugerir una poco diplomática  y negociadora movilización en contra del impuesto a las remesas, que le regresó cual búmeran al ser usada para inculpar a México de las protestas contra las redadas emprendidas para saciar la sed del supremacismo yanqui de perseguir a quienes criminaliza por el color de su piel.

Nada tiene de exageración afirmar que la actual es la peor situación en la que un mandatario mexica- no acude a un encuentro con su homólogo de los Estados Unidos. 

La presidenta de México afrontará no solo la voluble personalidad de Donald Trump, sino también, el riesgo de verse abrumada con exigencias que degenerarán en sometimiento o sujeción que serán tan negados como evidentes.

En las llamadas telefónicas previas entre ambos, la información oficial ha sido rápidamente desmentida por mensajes y hechos como el envío de guardias nacionales de México para calmar las exigencias antiinmigrantes, el desplazamiento de drones y barcos sobre nuestros territorios, la llegada de deportados y la imposición efectiva de aranceles, impuestos y otras medidas que dañan la economía nacional.

¿Y qué puede hacer México ante ello? Nada. 

Porque la 4T no va a enfrentar al crimen y no detendrá al narcotráfico; porque ha destruido la dinámica económica y no habrá ni inversión ni crecimiento; y porque los incentivos a la migración no pueden frenarse con un tercer país seguro o con una política migratoria ambigua.

Estamos a merced del país más poderoso porque la 4T nos debilitó, porque el gobierno insiste en un modelo político-económico inviable y sin alternativas y porque aún en mejores circunstancias, el nuevo orden que impulsa el presidente de Estados Unidos corroe todo tipo de reglas, de instituciones y requiere de un vecino débil y sometido, cosa que está logrando con este mando nacional que no lleva a México hacia ninguna parte.