Confirmando y corrigiendo
La información de la Balanza de Pagos nos confirma lo comentado este lunes, es el sector externo el que impide que la debilidad de la economía interna se refleje en una contracción económica.
En el primer trimestre del año, las balanzas de mercancías y servicios tuvieron un avance de 1.6 puntos en comparación con el año anterior, mientras que en el segundo fue de 1.9 puntos.
Aunque no es exactamente el mismo cálculo, si restamos este comportamiento del PIB publicado, resulta que en el primer trimestre la economía interna se habría contraído un punto del PIB, mientras que en el segundo habría mejorado un poco, pero aún en terreno negativo con -0.7%.
Curiosamente, también de la Balanza de Pagos resulta que la inversión extranjera, que la señora Sheinbaum presentó como histórica, es en realidad un poco menor en este trimestre.
En el primero, superó 36 mil millones de dólares, mientras que en éste quedó por debajo de 35 mil. Por el lado positivo, tenemos en este año inversión nueva un poco mejor que la del año anterior, e incluso, que la de 2023. Casi tres mil 150 millones de dólares, frente a mil 876 el año pasado, y tres mil 29 en el año anterior. Como sea, siguen siendo los años de menor inversión extranjera nueva en el siglo.
Ahora bien, el lunes yo cometí un error, le dije que, para ganar la elección de 2024, López Obrador habría gastado ocho billones de pesos. Eso es incorrecto, esa cifra es el incremento de deuda de cuando tomaron el poder (en septiembre de 2018) a junio de este año.
En poco menos de siete años, ése ha sido el incremento en la deuda, pero es injusto asociar esa cifra con las políticas orientadas explícitamente a ganar el poder.
Creo que las medidas que buscaban eso consisten en las obras faraónicas y la compra de votos mediante el reparto de efectivo, y eso no da como resultado ocho billones.
En la cancelación del NAIM y la construcción del AIFA, López Obrador gastó 25 mil millones de dólares, equivalentes a medio billón de pesos. Misma cifra mágica para Dos Bocas y el Tren Maya, como ya había planteado hace tres años, en México en el Precipicio (Ariel, 2022). Estos tres proyectos suman 1.5 billones de pesos.
El “rescate” de Pemex, que no aportó más producción de crudo, ni mucho menos más recursos al erario, tuvo un costo de un billón de pesos, según los cálculos del Imco, pero que también hemos replicado en varias ocasiones. Van 2.5 billones.
De 2022 a 2024, hay un incremento notable en el reparto de efectivo, que me parece debe computarse como parte de la compra de la elección. Antes de eso, López Obrador había eliminado los programas sociales previos y los había reemplazado por los suyos (el reparto), pero con un incremento muy pequeño en monto. A partir de 2022, esto cambia.
La suma de esos tres años, curiosamente, nos arroja otros 500 mil millones de pesos. Van tres.
Pero este incremento de deuda debió hacerse en esos años, con tasas crecientes, por el ciclo alcista para frenar la inflación, pero sobre todo por la mayor demanda de recursos de parte del gobierno. Si se quiere pedir más, los acreedores suelen elevar el costo.
De 2022 en adelante, el costo financiero es 1.2 puntos porcentuales mayor al de los años anteriores, aplicado esto a la deuda acumulada, tenemos otro medio billón de pesos hasta 2024, y otro tanto igual para la actual administración.
En total, cuatro billones es el costo de ganar la elección.
Creo que convenía aclararlo, porque se trata de una cifra considerable, y porque hay un daño permanente tanto en el monto de la deuda como en su costo.