Cuando Acecha la Maldad / Argentina y EUA, 2023
La película argentina Cuando Acecha la Maldad es un interesante montaje del director Demián Rugna, y su historia se centra en un par de hermanos que viven en la campiña y que se cruzan con un “embichado” o un “encarnado” que, según es el portador del mal que va a ser engendrado sobre la Tierra.
Rugna, trabajando su propio guion, presenta una serie de eventos que son pie a un apocalipsis; pero al parecer es del dominio público la existencia de estos seres y hay una serie de reglas para enfrentarlos.
Claro que el director logra una crítica a la burocracia argentina, que al ser notificada la autoridad correspondiente, solo envían a un equipo de sanidad y tardan un año en enviar a un verdugo para tomar cartas en el asunto.
Los hermanos Pedro (Ezequiel Rodriguez) y Jimi (Demian Salomón) de pronto tienen que huir de todo, dejar atrás el mal, pero el error es de Pedro, al querer escapar con lo que ya no puede recuperar.
De hecho, hay cierta metáfora de cómo el mundo se acaba para las personas que no aceptan que su vida debe cambiar, pero se quedan en un círculo vicioso.
La historia tiene unos puntos extraños sobre los encarnados, y la sociedad presente.
Su película es de posesión demoniaca, pero no es de religión o de la iglesia presente para frenar el mal creciente, sino de personas que se verán afectadas y lo único que les queda es sobrevivir.
Tiene aires de The Last of Us, y sobre todo Evil Dead, pero Rugna tiene en sus manos una película que presenta elementos que ninguna otra del “mainstream” presenta.
Es cruel, cínico y valiente para ponerlo en la pantalla.
Momentos de susto literal por las imágenes que se ven, y no de que salga algo para que nos dé el brinco obligado, sino para horrorizarnos de lo que somos testigos en pantalla.
Alguien comentó: “en mi vida de ver películas de terror, he visto lo que muestra este filme”.
No me gustó cómo a veces Pedro, presentado por el actor Ezequiel Rodríguez, maneja una desesperación: muy explosiva, demasiado a veces y otras, como hacia el final, lo rebajan a tonto para poder cerrar la historia.
Cedo en el fatalismo callado y silencioso, abrupto y agresivo.
Cedo igual en el horrible mensaje de que el mal ama a los niños y los niños aman el mal.