Viajes y Cultura

Diez propósitos que nunca cumples

Por María Longoria.

La llegada del AñoNuevo nos llena de motivación, estamos llenos de ganas y proyectos, pero ¿Cuántos de esos llevamos a cabo durante los próximos meses?

En algo estamos de acuerdo. Cada que inicia un nuevo año parecemos dispuestos a comernos el mundo a pedacitos. Nos juramos a nosotros mismo –y a quienes nos quieran escuchar que seremos mejores personas, cambiaremos hábitos y para el siguiente año seremos alguien completamente distinto.

Pero también es cierto que… una cosa es lo que decimos y otra, muy diferente, lo que hacemos. 

¿Cuáles son los 10 propósitos que siempre ponemos al tope de nuestra lista que terminamos haciendo a un lado porque nos da flojera, enfocamos nuestra energía en algo que no tiene más importancia o simplemente se nos olvidan?.

1

Ir al gimnasio

Una vez que terminan las fiestas decembrinas nos vemos al espejo y decimos: “¡Voy a entrar al gimnasio!”. Y es que tanto pavo, tamales, pierna de puerco al horno, romeritos, pastel, galletitas y dulces cobran su cuota una vez que los comemos con singular alegría.

Nos inscribimos en el mejor gimnasio de la ciudad y empezamos con toda la actitud.

Pero un mes más tarde nos sobran pretextos para no volver a poner un pie aunque hayamos pagado la anualidad sin chistar.

 

2

Cambiar de trabajo

Nos pasamos tooooodo el año quejándonos del pesado del jefe, de que hacemos todo el trabajo y nadie reconoce nuestro esfuerzo, que le dieron el puesto que queríamos al menos competente y juramos que este será el último año que trabajamos en la compañía. 

Y el siguiente diciembre estamos tan contentos en la posada de la empresa después de haber ganado una pantalla de 25 pulgadas durante la rifa. ¿Tengo o no tengo razón?.

3

Gastar menos

Bien que nos dimos vuelo comprando y comprándonos regalos navideños. De hecho, casi todo el aguinaldo se nos fue en eso. 

Pero ¿realmente necesitábamos ese teléfono inteligente de 23 mil pesos?, ¿Cuándo vamos a usar ese abrigo maravilloso si este invierno está haciendo tanto calor como si fuera mayo? Procuramos cuidar nuestro dinero, pero nunca nos faltan pretextos para gastar, a veces, más de lo que ganamos.

 

4

Dejar de fumar

Los cigarros suben y suben de precio, pero parece que no nos importa. Al contrario, mientras más caros, más ganas nos dan de fumar. 

Cada fumada es como un elíxir a pesar de que sabemos que el cigarro nos mata lentamente. Y cada que termina un año prometemos formalmente que nos quitaremos del vicio. Pero nunca falta el cafecito con las amigas y ¿por qué no?, un cigarrito para acompañar.

5

Beber menos

¿Te acuerdas que la Navidad del año pasado te pusiste hasta las manitas y terminaste bailando zapateado con tu tío para luego caer, casi desmayado, encima de tu abuelita y le tiraste el café de sobre mesa encima? 

Seguro que no, pero tu familia de encarga de recordártelo cada que tiene oportunidad. Y a cada momento te juras que no volverás a probar una gota de alcohol, aunque… ese coctelito te está haciendo ojitos… ¿verdad que sí?

 

6

Casarte

Tu pareja tiene años esperando a que te decidas a dar el gran paso. De hecho a estas alturas ya parecen mejores amigos que novios. 

A finales del 2020 juraste que en algún momento de este agonizante 2021 darías el gran paso, pero ¡nada! Súmale otro propósito no cumplido.

7

Cuidar el planeta

Cuando viste un documental de National Geographic sobre el cambio climático y sus efectos, juraste que empezarías a reciclar y tendrías más cuidado a la hora de seleccionar productos. 

Eso fue hace cinco años. ¿Cumpliste? 

Tal parece que a las pocas horas, mientras brindabas por el ¡feliz año nuevo!, olvidaste tu propósito de poner tu granito de arena y cambiar el planeta.

8

Viajar

Fuiste el hazmerreír de tus vecinos cuando, a la medianoche del 1 de enero, te vieron corriendo por la calle maletas en mano. 

Y es que según la tradición si haces esto no dejarás de viajar durante el año. 

Pero… no has salido de tu casa en meses. Y no, no culpes del todo a la pandemia.

 

9

Salir de tu zona de confort

No me digas que no estás de lo más cómodo. No tomas decisiones importantes, tienes un trabajo seguro y bien pagado y aunque la rutina empieza a hacer efecto en ti no te atreves a cambiar. 

Estás en tu zona de confort y precisamente hace algún tiempo prometiste que sería el último año en que dejarías de estar así. 

Pero sigues igual porque, una de dos: Te da flojera o le temes a los cambios.

10

Aprender a decir que NO

No sabes negarte cuando tu hermana te pide que cuides a su hijo para que ella pueda ir a una fiesta, la misma a la que tú también estabas invitado. 

Tu cuñado te pide el coche y te lo regresa sin gota de gasolina. Quince días más tarde sucede lo mismo, tienes planes para el fin de semana, pero tu madre te pide que te quedes en casa para que le ayudes “a lo que se ofrezca” porque tiene reunión con amigas. 

¿Y qué onda con tu vida? Hay que saber decir “no”, de ves en cuando. Incluso es saludable.