El santo patrono de Adán Augusto

Riva Palacio DETONA® Las murallas levantadas alrededor del senador son poderosas, encabezadas por López Obrador, que contra lo que dicen los apologistas del régimen, no ha dejado de influir y ejercer poder, aunque no se le vea la cara por ningún lado.
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El senador Adán Augusto López se sabe protegido, razón por la cual ha enfrentado por semanas la presión de la presidenta Claudia Sheinbaum para que deje la coordinación de Morena en la Cámara alta y se vaya a una embajada.

¿Renunciar al cargo? “Se van a quedar con las ganas”, dijo el viernes.

Ni Sheinbaum, ni un sector de Morena, ni la oposición, ni la prensa, ni Estados Unidos, que eso le demandan, han podido con él, porque lo sostiene su santo patrono: Andrés Manuel López Obrador.

López Obrador no ha abandonado a Adán Augusto desde que estalló el escándalo de Hernán Bermúdez Requena, a quien nombró secretario de Seguridad cuando fue gobernador de Tabasco, desde donde construyó un imperio criminal en el sur del país.

Funcionarios federales dijeron en su momento que López Obrador le habló en ese entonces a la presidenta para que lo cuidara, Sheinbaum lo hizo, pero la realidad le fue achicando el espacio.

En los últimos 10 días pareció soltarlo, por lo que el expresidente volvió a la carga.

El martes pasado López Obrador salió de Palenque y viajó a la Ciudad de México, donde habló personalmente con personas muy cercanas a él, aunque no se sabe si una de ellas fue Adán Augusto.

Lo que trascendió es que la presidenta recibió una llamada de López Obrador, que no fue nada agradable.

Según la información que ha cruzado las capas herméticas con las que se manejan las conversaciones entre los dos, el expresidente elevó su exigencia: darle un carpetazo a todo lo que tenga que ver con el senador, porque al verse involucrado él y sus hijos en temas de corrupción, el daño es contra él.

Sheinbaum se encuentra en un dilema: o se embarca en una defensa del indefendible senador, o deja que corran las cosas, aunque esto le signifique más rispidez de lo que en este momento se encuentra su relación con el expresidente, a quien en público ha elogiado todos los días de una manera superlativa, como describió Amador Narcia el sábado en El Universal de manera puntual los discursos y mieles sobre su mentor durante la semana.

Los escándalos sobre Adán Augusto no van a detenerse.

Al contrario, hay tanta gente molesta dentro del gobierno, porque consideran que a quien está dañando su tozudez de no hacerse a un lado en el Senado, es a Sheinbaum, que está surgiendo información sobre sus andares, irregularidades y posibles ilegalidades en los medios.

La última revelación la hizo N+ el jueves pasado en el noticiero En Punto, que documentó que el senador recibió 79 millones de pesos de empresas privadas entre 2023 y 2024, que no presentó en sus declaraciones patrimoniales.

La presidenta, en otra muestra de su hartazgo con el senador, dijo el viernes cuando le preguntaron sobre ese exposé, que tendría que explicar, lo que hizo mañosamente Adán Augusto en una conferencia de prensa donde reconoció que había tenido esos ingresos, saliendo efímeramente del atolladero, aunque sigue en el hoyo.

El senador presentó sus declaraciones fiscales sin desmontar el argumento central de la revelación periodística, que figuraba en otra declaración, la patrimonial, donde reportó únicamente siete millones de pesos de ingresos.

La compulsa entre las dos declaraciones tiene serias inconsistencias.

La declaración fiscal ante el SAT es en marzo –aunque este año se amplió de manera excepcional hasta mediados de abril–, mientras que las patrimoniales, ante la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno se entregan en mayo.

Ambas tienen que ser consistentes entre sí.

La fortuna de 79 millones de pesos que amasó en 2023 y 2024 se hizo en sus últimos meses como secretario de Gobernación, su precampaña presidencial como corcholata y su campaña para senador mientras coordinaba la de Sheinbaum.

El senador doble A se siente tan seguro de que la impunidad lo blinda y que se saldrá con la suya, que ante la prensa admitió haber realizado trabajos privados mientras era funcionario o precandidato a la Presidencia, lo que es un claro conflicto de interés, que negó sin pudor alguno.

Que una de las empresas que le pagaron sus servicios, GH Servicios Empresariales, haya sido señalada por el SAT como “fantasma” –además el correo electrónico de la empresa ante el SAT es el mismo de contribuyente de Adán Augusto y de su hermano Melchor–, y otra, Operadora Turística Rabatte, fue contratista del gobierno de Tabasco cuando fue gobernador, como reveló la investigación de N+, también lo tiene sin cuidado.

El blindaje político de López Obrador se junta con la protección legal que tiene dentro del gobierno de Sheinbaum, donde ese tipo de irregularidades nunca fueron investigadas por la secretaria Anticorrupción y Buen Gobierno, Raquel Buenrostro, ni el entonces secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, ni Pablo Gómez, jefe de la Unidad de Inteligencia Financiera, revisaron las inconsistencias y los ingresos multimillonarios del senador.

La Comisión Nacional Bancaria y de Valores, tampoco.

Las murallas levantadas alrededor del senador son poderosas, encabezadas por López Obrador, que contra lo que dicen los apologistas del régimen, no ha dejado de influir y ejercer poder, aunque no se le vea la cara por ningún lado.

Lo hizo la semana pasada, cuando en un cambio de estrategia viajó a la Ciudad de México para operar la defensa a ultranza del senador doble A y defender sus intereses personales.

Sheinbaum, quien ha dicho a personas de toda su confianza que está convencida de que el expresidente no sabía ni tiene nada que ver con las andanzas oscuras de sus hijos o del senador, sigue sin poder forzar la salida de Adán Augusto del Senado.

No está sola.

La acompañan las nuevas voces del régimen que exigen purgas en Morena para quitarle las disonancias y del descrédito gratuito a Sheinbaum, así como el ala radical cercana a López Obrador, que pensando en el expresidente y el daño que le están causando a su legado, también están pidiendo la cabeza del senador doble A.

Lo único que no alcanzan a ver es que López Obrador sigue viendo que toda crítica a uno de sus cercanos, en realidad es contra él, que es algo queno puedepermitir que nadie lo haga, ni siquiera la presidenta.
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Raymundo Riva Palacio

Periodista y analista político de larga trayectoria en México. Escribió en diarios como Excélsior, Reforma, El Independiente, 24 Horas y El Financiero. Fue director editorial de El Universal entre 2007 y 2008. Cofundó y dirigió el diario Milenio y fue director general de la agencia de noticias Notimex.