El último valladar
Gonzalo N. Santos simboliza el cinismo del régimen priista post revolucionario.
“La moral es un árbol que da moras”, “tenía un amor platónico con mi secretaria; porque me la quería echar al plato”, junto a la que sirve de epígrafe, son tres de las muchas frases que muestran el talante cínico del cacique de San Luis Potosí de aquellos años.
Pues con la novedad de que la 4T, de manera patente, ¡ya perdió la vergüenza! si es que alguna vez la tuvo.
Los fallos del Tribunal Electoral, dando por buenos los tristemente célebres acordeones, y la exoneración de Pío López Obrador; la consistente pretensión, recurriendo a eufemismos, de hacer pendejo al pueblo de México, de cambiar la realidad o los hechos, cambiándoles de nombre a las cosas, son pasajes que podrían integrarse a una Ópera Bufa llamada 4T.
Dadas las nuevas circunstancias, la única esperanza que nos queda es que la Opinión Pública se muestre agraviada y ofendida, por los abusos de poder que están caracterizando a estos gobiernos cuatro-teístas.
¿Qué hacer?:
Por lo pronto contar con una medición confiable de la Opinión Pública, y que las oposiciones orienten sus esfuerzos en influir en ella.
De nada vale tener la razón en el debate de los temas de la agenda política, si no se mueve la aguja de la Opinión Pública en contra de la 4T y, da la impresión, hasta ahora, de que no se ha movido.