Ey, AMLO, en México ¡no queremos la decadencia del comunismo!

La sagrada familia.

Uno de los derechos fundamentales que poseemos por naturaleza el hombre y la mujer, es el derecho de asociación.  

La asociación es el medio con el que todos contamos para atenuar un poco nuestra debilidad.  

Esa fragilidad humana con la que vamos por la vida buscando el bien para uno mismo, para nuestros hijos, agrupándonos con otros.  

Uniéndonos con personas que buscan esos mismos ideales, o defienden esas mismas causas.

Es tan importante el derecho de asociación que hay quienes lo describen como la señal más grande de la libertad real de una nación.  

Esa libertad que como impulso potente lanza al ciudadano a buscar el bien personal, familiar o comunitario.

Lo anterior sale a colación, a raíz de este 3 de octubre cuando desde el Monumento de la Revolución hasta el Zócalo capitalino se palpó esa libertad.  


Ese impulso de miles de mexicanos juntos, unidos, comunicando su inconformidad, su desacuerdo, su hartazgo con el rumbo que ha tomado el gobierno de López Obrador.

Fue emotivo observar a esas miles de familias, grupos de indígenas, de trabajadores, de amas de casa, de empresarios, vivir verdaderamente el sentido de responsabilidad hacia el futuro de la Patria.  

¿Qué mejor legado le podemos dejar a nuestros hijos si no es una Patria libre, segura y en paz? 

Fue maravilloso sentirnos cada uno de nosotros representados por ellos.  

Y mejor aún dejar plasmado en el Zócalo el valor cívico de los  miles de ciudadanos resurgiendo -gracias al movimiento FRENA- en uno de los momentos más críticos que vive el País en los últimos años.

Al mirar aquellas imágenes en videos, en la prensa, en redes,  me vino a la mente el escritor e historiador ruso, Alexander Solzhenitzyn,  quien denunció hace años que ya no hay valor cívico en los países,  gobiernos, líderes e intelectuales del mundo occidental.  

El maestro de Harvard decía que nuestra sociedad tiene el placer y el bienestar como valores máximos y han dejado de lado todo lo relacionado con los valores fundamentales: Dios, la familia, la Patria.

En sus escritos proclamaba que Occidente carecía de recursos morales y espirituales para resistir a su propia decadencia que ya estaba cerca.

Sin embargo, ¡bravo! los mexicanos volcados en las calles de la CDMX para exigirle al Presidente su renuncia, demostraron lo contrario: 

Que en México ¡no queremos la decadencia (el comunismo)!,  y que sí somos capaces de dejar la comodidad para salir a las calles,  acampar en el Zócalo y luchar por una sociedad sana y favorable.

No cabe duda de que los seres humanos somos débiles, frágiles, empero cuando nos unimos, cuando participamos juntos poniendo en práctica nuestro derecho de asociación, se puede alcanzar lo imposible.

 Incluso echar fuera a los peores gobiernos, a los que aplastan, a los que tienden siempre a aplastar la libertad, la sagrada libertad humana.  

carolina.garza@gmail.com

Carolina Garza es comunicóloga, con Maestría en Ciencias de la Familia; es conferencista y vocera del Frente Nacional por la Familia. 
Durante muchos años fue editorialista del periódico El Norte y fue diputada local por NL.

Carolina Garza

Carolina Garza es comunicóloga, con Maestría en Ciencias de la Familia; es conferencista y vocera del Frente Nacional por la Familia. Ex Diputada Federal suplente, ex candidata al gobierno de Nuevo León y fundadora de la asociación  “Los Niños Primeros”. Durante muchos años fue editorialista del periódico El Norte y fue diputada local en NL.