Siete Puntos

¿Inexistencia o ineficiencia?

Paco Gómez DETONA: No es que el Estado no exista. Lo que no hace es apoyar a su ciudadanía.
1. 

No le gustó al oficialismo el diagnóstico que diferentes instancias eclesiales -la CEM, los jesuitas, las congregaciones religiosas y laicos organizados- ofrecieron sobre el país, en el documento Compromiso por la paz. Estrategias de política pública para la paz. 

¿La frase que irritó?: “Nuestra casa común y nuestro tejido social están en un proceso de degradación nacional”.

El análisis fue tildado de pesimista, y se ofrecen otros datos para calificar a México: la criminalidad disminuye, el pueblo vive feliz, la paz se respira por doquier, se trabaja para combatir la delincuencia.

2.

 Los hechos duros no van en esa optimista dirección, y apuntan a un pésimo trabajo de la actual administración pública en términos de seguridad social. 

Por más que la realidad quiera negarse o matizarse, ella está ahí, terca, demostrando que el discurso gubernamental no la quiere reconocer.

Como lo afirman los eclesiásticos en su documento, no vivimos en paz, y hay regiones en el país que están completamente dominadas por el crimen organizado.

No es cierto que haya tranquilidad, felicidad y acciones eficaces contra la delincuencia. 

Van tres botones de muestra:

3. 
  • Primero: la irritabilidad social. El reciente linchamiento en Taxco, Guerrero, ha sido una muestra palpable de la desatención institucional a la seguridad de la población.

El municipio cuenta con 100 mil habitantes, y tiene ¡40 policías! para proteger a sus ciudadanos.

Es cierto que desde siempre México ha sido un país de linchamientos, pero del 2016 al 2022 se han dado más de 1,600 en el territorio nacional.

Somos el país número uno en este tipo de fenómenos en América Latina, y las autoridades no actúan con eficacia y resolución.

4. 
  • Por otra parte, asesinato de candidatos. De 2018 a 2024 se han registrado en nuestro país 1,755 ataques, atentados y amenazas contra personas que realizan tareas políticas. 

En este solo año se han dado 33 asesinatos -20 de aspirantes a un cargo de elección y 13 relacionados con las elecciones-, según datos del Laboratorio Electoral. 

Tal inseguridad para los contendientes salpica también a los votantes.

No comparto la tesis de la comentocracia ligada al régimen de que se está sembrando un discurso de miedo.

Ojalá no temamos salir a votar. Ojalá se nos garantice confianza para hacerlo.

5. 
  • En tercer lugar, el crimen organizado ha encontrado un nuevo modus operandi: secuestrar familias enteras -menores de edad incluidos- para amedrentar a los verdaderos objetivos.

En Culiacán, aquí en Nuevo León, ya no se priva de la libertad a personajes aislados, quizá miembros de cárteles rivales, sino a sus vecinos y familiares.

¿Las autoridades? Ausentes, inoperantes, muchas veces sospechosas de colusión con los criminales.

¿Los afectados? Temerosos, se niegan a denunciar lo sucedido, migran a otras poblaciones, o se encierran en sus hogares, desde temprano.

6. 

Ante este panorama, hemos pensado -me parece con demasiada facilidad- que estamos ante un Estado fallido, ante la ausencia del mismo.

Y creo que no. 

Miles de funcionarios en todos los niveles cobran sus quincenas y reciben bonos de ¿desempeño?, asisten a sus oficinas, atienden a las personas que presentan una queja, realizan investigaciones, archivan documentos… y nada.

No es que el Estado no exista. Lo que no hace es apoyar a su ciudadanía. Y más bien se dedica a negar la realidad que no le conviene a su gobierno.

¿Estado inexistente? No. Ineficiente.

7. 

Cierre icónico. 

Según un estudio divulgado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, casi una quinta parte de los alimentos que se producen a nivel mundial se desperdició en el 2022.

Sí. Mientras 1,000 millones de toneladas de alimentos se desaprovecharon, existen 800 millones de personas en el mundo que no tienen qué comer.

Los datos son duros: 79 kilos de comida derrocha en promedio cada persona al año, y el 60% de los alimentos en el mundo se desperdician en los hogares. 

¿Nuestro refrigerador? ¿Almacena comida que desechamos?

Padre Paco

El sacerdote José Francisco Gómez Hinojosa (Monterrey, México, 1952) es el actual Vicario General de la Arquidiócesis de Monterrey. Es diplomado en Teología y Ciencias Sociales por el Departamento Ecuménico de Investigaciones de San José, Costa Rica, y doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Ha sido profesor en el Seminario de Monterrey, en la UDEM, el ITESM, la Universidad Pontificia de México, el Teologado Franciscano, el EGAP (Monterrey) y la Universidad Iberoamericana (Centro de Extensión Monterrey).