Monterrey da bienvenida a "La italiana en Argel", a 212 años de su creación
Amigos amantes de la ópera y de la buena música (cualquiera que sea su género) les platico sobre la ópera “La italiana en Argel”, de Gioachino Rossini.
Fue estrenada el 22 de mayo de 1813, en el Teatro San Benedetto, de Venecia.
Se trata de una de las grandes comedias rossinianas, junto con "El barbero de Sevilla" y "La Cenicienta".
La "Italiana" fue una de las obras que señalan la madurez artística de su compositor (¡Imagínense, a la edad de 21 años!)
Las óperas de Rossini llegaron a nuestro país con poca demora respecto a sus estrenos: La fiebre rossiniana cimentó el estilo belcantista predilecto por el público mexicano.
Pero lo más interesante es que México hizo suyo a Rossini, no sólo por el gusto del público operístico sino por la enseñanza vocal: Manuel García, legendario tenor español que estrenó óperas de Rossini y Filippo Galli, el más grande bajo de su tiempo, cantaron, enseñaron y vivieron en México.
El estilo rossiniano nos llegó de primera mano. Por eso siempre he dicho que México tiene magníficas voces para Mozart y Rossini.
Con “La italiana en Argel” encontramos una obra cómica que se mueve en dos niveles: lo gracioso y la comedia elegante.
La protagonista, Isabella, es una joven italiana que viaja a Argel para rescatar a su amado Lindoro, quien ha sido esclavizado por el sultán Mustafá.
A diferencia de muchas heroínas operísticas de la época, Isabella no es una figura pasiva ni idealizada.
Su astucia y capacidad para manipular a Mustafá, el Sultán de Argel que quiere hacerla parte de su harem, la convierten en un personaje adelantado a su tiempo, que lucha por su propia autonomía y la de su amado.
Rossini emplea su característico estilo lleno de ritmos vivos, melodías ornamentadas y crescendos acelerados para dar vida a esta comedia.
La ópera está llena de arias y conjuntos de gran dificultad técnica, que permiten a los cantantes mostrar su virtuosismo.
La coloratura vocal de Isabella refleja su astucia y fuerza de carácter, mientras que los números de conjunto, como el final del primer acto, construyen una sensación de caos organizado, tan típica de Rossini.
El uso de la orquesta también es fundamental
La música acompaña el dinamismo de la trama, con una escritura vibrante para los instrumentos, especialmente los de viento.
Además, Rossini utiliza una "percusión turca" que en algunos momentos le da un "sabor" rústico o "diferente" a su entorno clásico.
El ritmo frenético, combinado con el humor de la obra, crea una experiencia teatral única y envolvente.
"La italiana en Argel" es más que una ópera cómica: es un ejemplo de cómo Rossini logra subvertir expectativas y presentar una protagonista femenina fuerte y capaz.
En su tiempo, este tipo de personaje era poco común en el repertorio operístico, lo que hace que Isabella sea especialmente notable.
Esta ópera sigue siendo una joya del repertorio rossiniano, combinando humor, virtuosismo y una sutil crítica a las convenciones sociales, todo envuelto en el irresistible estilo musical del compositor.
Curiosamente, esta ópera ha llegado por primera vez a Monterrey, 212 años después.