Niñas, niños y jóvenes hacen historia
Un ejercicio innovador, único, sin experiencias previas cuyo formato convocó a cinco menores para ser panelistas del primer debate donde las niñas, niños y jóvenes fueron los actores principales.
Lizania Ramírez González, Lilian Abigail Lara Guerrero, Zahara Ramírez González y Lidia Priscila Jacinto Rugerio fueron las cuatro panelistas acompañadas por el panelista Daniel Rodríguez Montes.
Juntos debatieron sobre la importancia de la historia en sus vidas, la forma en la cual la aprenden y los conceptos fundamentales de la misma.
El menor de los panelistas con 7 años y la mayor de ellas con 17, respondieron las preguntas del moderador y las planteadas por el público presente.
¿Por qué poner a debatir a los menores sobre temas de Historia?
Porque se debe acabar con el estigma de que, en la escuela, los menores aprenden historia como parte de un programa académico rígido, cuando es una de las áreas del conocimiento que puede trabajarse desde el aprendizaje lúdico, significativo, cuyos contenidos propicien la reflexión y el análisis de los sucesos junto a sus personajes.
Cada panelista respondió en su propio concepto ¿Qué es la Historia, para qué es útil en la vida? y más.
Con sus respuestas arrancaron aplausos y expresiones de admiración entre los adultos y menores asistentes.
Dos momentos motivaron a la reflexión: cuando explican la forma en la cual han aprendido la historia, cómo en algunos casos, este conocimiento se convierte en un listado de nombres y fechas, en un espacio sin mayores motivaciones.
Esto contrasta cuando recordaron cómo los abuelos les cuentan sus anécdotas y mantienen a los menores embelesados con sus pláticas de historias de vida.
Otro de los momentos es cuando Lidia Priscila convoca a los historiadores a ser menos formales, menos rígidos y más empáticos, cercanos al vocabulario de los menores y demás adultos al momento de impartir sus charlas y conferencias pues como ella refirió, “acudo con regularidad a eventos de historia, pero usan términos y palabras pocos atractivos al público asistente”.
Entre el público, una madre de familia acompañada de su menor, reconoció que entre las y el panelista, la lectura de contenidos literarios y las narraciones orales fueran parte de lo que disfrutan, pues en su natal Alemania, se trabaja la historia en compañía de narraciones literarias que hacen más atractivo el aprendizaje.
Este ejercicio donde las y los menores son los protagonistas es inédito, sobre todo en un formato donde el público asistente en forma abierta y sin previo conocimiento de las preguntas, cuestionan a los participantes, lo cual implica un grado de complejidad mayor pues no sólo representa expresar los conocimientos, sino saber reflexionar las preguntas planteadas y emitir una opinión.
La Historia a Debate es un ciclo de paneles en formato de debate donde lospanelistas exponen en unos minutos sus ideas sobre el tema en cuestión y de ahí deben responder las preguntas planteadas por el público quien abandona la pasividad del asistente para ser actor a través de sus cuestionamientos.
Con casi cinco años, el programa está consolidado entre quienes acuden a un encuentro mensual entre especialistas y asistentes.