Particularidades, semejanzas, similaridades, diferencias.
¿De que dependen estas funciones?
Pues digamos que de nuestra personalidad, de los rasgos diversos que la conforman y de los resultados que vamos obteniendo con sus aplicaciones, debe haber por ahí de más o menos, ocho mil millones de maneras diferentes, diseminadas por este bendito planeta tierra de abordar y resolver problemas.
¿Entonces que y como se conforma y se puede ser razonablemente feliz con lo que hacemos a diario? Pues tenemos nuestra propia compañía, como personas autónomas, capaces y como seres relativamente perfectos o perfectibles en el diario vivir.
¿Qué más hay? Pues, digamos que otras personas como nosotros que aquejan o padecen de las mismas ventajas y desventajas que nosotros portamos en las alforjas.
¿Y, podemos relacionarnos con dichas gentes? Pues, básicamente conociendo las particularidades, que representan o vienen reflejando, las características distintivas, que distinguen a una persona de otra, igual en apariencia pueda ser que sí.
La similitud significa compartir rasgos parecidos o muy cercanos en esencia entre 2 o más cosas o personas,en este caso conformidad o paralelismo en nuestro actuar.
Las diferencias son obvias en su definición, la diferencia es la presencia de características que hacen que una persona o cosa se distinga de otra, la variedad entre elementos, cosas o personas de una misma especie.
De esta forma nos vamos a relacionar positivamente con quienes podamos compartir características, valores, inclinaciones y de manera desafortunada no, con quienes compartamos diferencias.
Se supone que debemos compartir aprecios, valores, virtudes, beneficencia, subsidiaridad, solidaridad y rechazar lo malo o negativo para una adecuada relación.
De lo contrario va a ser un fracaso, sería un ejemplo, de querer conjuntar en el tiempo y el espacio a Hernán Cortés y San Francisco de Assis o a la Madre Teresa de Calcuta con las Poquianchis o a Adán Augusto con Cabecita blanca, me imagino fracasos asegurados.